Gerardo Adame la borda en Juriquilla
Viernes, 16 Sep 2011
Querétaro, Qro.
Raúl Magos | Foto: Juan Carlos Amarillas
Y salió en hombros tras cortar tres orejas
En el mismo tenor del festejo anterior, aunque con diferente fondo, más produndo si cabe, otro Adame de Aguascalientes, en este caso Gerardo, volvió a salir en hombros de la plaza de Provincia Juriquilla, dejando con la frescura de su concepto una grata sensación entre la gente que llenó alrededor de la mitad del aforo.
Y es que si bien es cierto que suyo fue el lote con más posibilidades del encierro de Marrón - o con menos complicaciones según se quiera ver-, hace falta mostrar oficio, valor, o incluso clase si se posee, pero por encima de ello, claridad de ideas. Y de todo esto hizo gala Gerardo Adame esta tarde en Juriquilla.
Su primero, al que le cortó una oreja, tuvo clase en la embestida y un tranco más largo que el resto del encierro. Desde el quite por tafalleras, con las zapatillas bien plantadas en la arena, y el remate de lujo con una media y una larga, dejaron en ebullición la plaza, que terminaría de meterse de lleno en la faena tras el inicio de su trasteo muleteril por estatuarios en la zona de los medios, sin enmendar, con valor y recursos como el toque de muleta que hizo en un momento en que el toro iba camino de vencerse.
Luego vendrían unas series de muletazos largos y templados por el pitón derecho, el mejor, acompañados de detalles como los pases del desdén o los cambios de mano que fueron complemento de lujo a la faena. Por el pitón contrario también muletazos de bella factura –menos, por la condición menos clara por ese lado del toro-, y un epílogo por bernardinas antes de dejar una estocada baja que quizás fue la única mácula en el quehacer de Gerardo. Merecida oreja y primera vuelta al ruedo de la tarde.
La virtud que tuvo en el sexto, y que dejó patente esa claridad de ideas que posee, fue que a pesar de las condiciones del toro, que tendía a la sosería y a rajarse, hizo gala de recursos para no dejar caer en intensidad la faena. Lograr buenos muletazos por ambos lados, aguantar parones, resolver con imaginación –otra vez, claridad de ideas- las complicaciones del toro como en las capetillinas, o hasta el desplante de recoger en la misma cara del toro un sombrero que momentos antes le habían lanzado desde el tendido, fueron argumentos suficientes para tener a la gente metida en el trasteo.
El único pero, si cabe, al igual que en el toro anterior, la estocada algo desprendida con que pasaportó al toro, lo cual no fue impedimento para que la gente obligara al palco a conceder las dos orejas, merecidas sobre todo por la contundencia en conjunto de su actuación.
Lo de la vuelta al ruedo con el ganadero, para la estadística o el anecdotario, según se desee. Lo importante es la impronta más que positiva que deja este jovencísimo y buen torero hidrocálido. Cualidades, todas para llegar lejos.
Hablando de ello, Mario Aguilar está en el camino de recuperar ese sitio que está llamado a ocupar por sus cualidades, que no por nada hicieron que Beto Murrieta le llegara a llamar “el chamaco de oro”. En su mismo semblante se aprecia más determinación que en meses anteriores.
Disposición tuvo toda la tarde –hasta tomó las banderillas en el cuarto-, y si bien entre la debilidad extrema de su primero y el metisaca con que lamentablemente lo pasaportó, no le dejaron el mejor ambiente entre la gente, lo cierto es que de su muleta brotaron pases de un kilataje al alcance de pocos. Esto más la estocada al segundo de su lote, la más de verdad de la tarde, le valieron el corte de una oreja que los entendidos supieron apreciar.
Oliver Godoy tuvo el lote de menos opciones, si cabe, del encierro. Su primero, de más a menos en juego, le permitió apenas esbozar detalles que le fueron aplaudidos tras pasaportarlo de una estocada caída. En su segundo, otro toro sin transmisión, fue silenciado a pesar de sus intentos por buscarle la cuadratura al circulo.
Ficha Segunda corrida de Fiestas Patrias. Media entrada en tarde nublada pero sin viento. 6 toros de
Marrón, disparejos de presencia, justos de fuerza y sosos en términos generales, destacó el 3° por su clase, aunque el 6° fue aplaudido por la concurrencia. Pesos: 465, 525, 475, 494, 467 y 467.
Mario Aguilar (azul marino y oro), palmas y oreja.
Oliver Godoy (celeste y oro), palmas y silencio.
Gerardo Adame (burdeos y oro), oreja y dos orejas. Destacó en la brega
Gustavo Campos. Incidencias: Se rindió homenaje al periodista queretano
don Rogelio Garfias, fallecido recientemente.
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