Después de la apoteósica tarde del domingo anterior, el festejo de este domingo en la plaza "Santamaría" de Bogoá supuso un triste fiasco para el público, que cubrió media plaza, debido al decastado juego de los toros de Achury Viejo, y cerca de siete mil 500 espectadores que asistieron ilusionados a este festejo, salieron decepcionados de la plaza.
Lo rescatable del festejo estuvo a cargo del caldense Cristóbal Pardo, que una vez más presentó sus credenciales de torero con entrega y con sitio. En el primero de su lote, tercero de la corrida, un ejemplar de aspecto anovillado, gustó mucho su toreo de capote, pues dibujó templadas verónicas andando del tercio hacia los medios.
Más tarde ejecutó lentos delantales para llevar el toro al caballo, y remató con un recorte torerísimo. No tan lucido resultó el tercio de banderillas del que el mismo torero se encargó de cubrir. Y con la muleta estuvo bien, en series de mano derecha realizadas con mando y lentitud, dando reposo al toro que tuvo la fuerza justa, pero que fue dócil.
Por el pitón izquierdo tuvo más tranco el toro y Pardo, sin atacarlo, lo fue llevando poco a poco enganchando las series con temple. Cerró su faena con manoletinas antes de emborronar la obra con dos pinchazos que precedieron a una estocada desprendida.
El quinto de la tarde, lidiado por Cristóbal Pardo al correrse el orden de lidia para no obligar la lidia continua de dos toros al antioqueño José Gómez “Dinastía”, fue un toro sin transmisión que terminó aburriendo no solo a la disgustada afición, sino también al torero.
Pardo estuvo otra vez bien al torear de capote, sobre todo cuando ejecutó unas sentidas verónicas. Y más tarde poco pudo hacer ante el nulo juego del toro delante del cual se vio obligado a abreviar y mató de dos pinchazos y tres cuartos de acero para dejar un buen sabor de boca.
El ecuatoriano Cruz Ordóñez llegó con poco a Bogotá, y dejó ver escaso sitio y aunque estuvo bien con el capote al realizar templadas y artísticas verónicas, no supo encontrar las distancias de un toro que tardeaba y que embestía con peligro.
La lidia fue descompuesta, sin temple ni recursos, y fue rematada con una estocada casi entera sin efecto. Acertó al quinto intento de descabello después de escuchar un aviso. En uno de los muletazos que intentó el ecuatoriano, al parecer recibió un golpe en los gemelos de una de sus piernas, que le produjo un desgarre, por lo que no se presentó para la lidia del que le correspondía en su segundo turno, el quinto del festejo.
José Gómez “Dinastía” se mostró fuera de forma. Solo mostró destellos con el capote con el que pegó verónicas lentas y un quite por gaoneras en su primer toro, segundo de lidia ordinaria. Mal comienzo de faena a una res a la que le faltó transmisión. Intentó ligar los muletazos en una segunda tanda vistosa, pero que se desajustó de nuevo rápidamente porque el toro fue de mal a peor. Tras señalar dos pinchazos, el segundo hondo, intervino con el descabello dos veces.
El cierre de la corrida le correspondió a Dinastía por haberse corrido el orden de la lidia, según se apuntaba con anterioridad. Y el toro que salió en sexto lugar fue devuelto por un evidente defecto visual. El sexto bis llegó con bastantes complicaciones que José Gómez no supo sortear con solvencia.
El público, que ya estaba desesperado, se metió con el torero al que le señalaron su lidia intrascendente y prolongada en la que no logró acoplarse en ningún momento. Finalizó la faena mediate una estocada completa para cerrar la fría corrida que contrastó con la cálida temperatura que se sintió en la capital de Colombia.
Ficha Penúltima corrida de la temporada. Media entrada en tarde soleada y calurosa. Seis toros de Achury Viejo, desiguales en presentación y de escaso juego. El 6o. fue devuelto por una aparente falta de visión. Pesos: 440, 450, 464, 480, 469 y 461 kilos. José Gómez "Dinastía" (tabaco y oro): Silencio en los tres que lidió. Cruz Ordóñez (burdeos y azabache), que confirmaba la alternativa: Pitos tras aviso en el único que mató. Cristóbal Pardo (azul y oro): Palmas y silencio. Cruz Ordóñez confirmó con el toro "Barretino", número 277, con 440 kilos, y sufrió el desgarro de los gemelos, motivo por el que pasó a la enfermería y ya no salió a matar al 5o. Destacó en banderillas Ricardo Santana, que saludó.