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El que pega primero, pega dos veces (video)

Domingo, 07 Ago 2011    Guadalajara, Jal.    Juan Antonio de Labra | Foto: Memo Sierra            
Alzate noqueó a un espontáneo y cortó la primera oreja del ciclo

La primera novillada de la temporada tapatía arranco con buen ambiente, y una gran polémica provocada por un inusual incidente en el que se vio involucrado el colombiano Juan Camilo Alzate, que no sólo dio un certero golpe de puño a un espontáneo, sino que además cortó la primera oreja de la campaña.

La tragicómica escena se suscitó durante la lidia del quinto ejemplar, que nada más aparecer en el ruedo se arrancó a la muleta del espontáneo, un desharrapado que tuvo la mala fortuna de correr detrás del de Chinampas y toparse con el puño cerrado de Juan Camilo, que le dio de lleno.

El impacto fue tal, que el hombre cayó tendido sobre la arena, prácticamente noqueado, mientras el público se dividía apasionadamente en dos bandos muy marcados: los que estaban a favor de aquel “descontón” y los que increpaban al novillero por lo que había hecho.

Las asistencias retiraron aquel "bulto" de la arena con cierta dificultad, mientras el propio Alzate recogía al novillo con el capote para evitar que embistiera al cuerpo inerte de aquel atrevido que, seguramente, se la pensará más de dos veces la próxima vez antes de tirarse a un ruedo.

Si difícilmente tienen cabida los espontáneos en la Fiesta, mucho menos cuando se trata de chalaos que ni pinta de toreros ni "ná", como el caso de éste, que más bien parecía un limpiaparabrisas de la avenida Insurgentes.

Y desde luego que no se puede aprobar el desmedido acto del novillero, pues si hay algo aberrante en los toros es que un torero, vestido de luces, lance puñetazos; pero, por otra parte, es comprensible cuando, después de tantos meses en receso taurino, alguien se quiera atravesar, con el consiguiente peligro de echar a perder un buen novillo.

Si la llama de la pasión se había desatado con este singular hecho, el picador David Vázquez, de la cuadrilla de Alzate, vino a echarle más leña al fuego, pues castoreño en mano le dedicó a su torero un buen puyazo.

Así que las cosas se habían puesto calientitas cuando Juan Camilo cogió la muleta y brindó al público en medio de las protestas de muchos y el aliento de otros.Y se puso de rodillas y aguantó así, de muy largo, la primera arrancada del colorado de Chinampas, que acudió con alegría a los enjundiosos redondos que le dio el torero de Cali.

La faena discurrió entre mucho jaleo por parte de la gente, que no terminaba de polemizar en el tendido, y hubo momentos de aguante y temple, en los que toreó con sabrosura para entusiasmar aún más a sus partidarios y enervar a sus detractores.

A la hora de entrar a matar se perfiló decididamente y volvió a lanzar otro puñetazo de mucho respeto, sabedor de que en la punta de la espada tenía el triunfo. Y fue así como cortó una merecida oreja, polémicas aparte, porque sacó el carácter en un instante decisivo.

En la vuelta al ruedo se polarizaron las opiniones, y quizá lo más importante fue que la gente vibró con todo cuando había acontecido en el redondel. Al terminar su recorrido, dos policías municipales vinieron a arrestarlo y se lo llevaron en medio de una fuerte división de opiniones.

El resto de la novillada contó con pasajes dispersos de buen toreo, como los que prodigó Angelino de Arriaga delante del novillo que abrió plaza. Su falta de trapío y las protestas continuas de un sector del público, impidieron que la faena cobrara mayor importancia.

El tlaxcalteca, que debutaba en este escenario tras su rotundo triunfo del domingo anterior en la Plaza México, se mostró solvente y enterado en una faena aseada que rubricó de una eficaz estocada para saludar una ovación en el tercio.

Si el primero fue el novillo más dócil del encierro, el cuarto presentó complicaciones, y Angelino le hizo una faena breve, de aliño, que rubricó de otra estocada arriba.

El potosino Carlos Rodríguez sorteó dos novillos de muy distinta condición, y si tercer, un ejemplar de buena condición, le hizo una faena entre altibajos, con el flojo sexto trató de estar a la altura de las circunstancias pero sin llegar a calentar a la gente, que seguía comentando el incidente y el espontáneo. Porque lo de Alzate, taurinamente hablando, claro está, no fue un golpe de suerte.

Ojalá que siga por ese camino de la reciedumbre, y que cuando lo repitan vuelva a despertar tantas pasiones.

Ficha

Domingo 7 de agosto de 2011. Plaza “Nuevo Progreso” de Guadalajara. Una 2 mil 500 personas en tarde calurosa. Novillos de Chinampas, disparejos en hechuras y juego. Pesos: 365, 395, 405, 440, 385, 395 kilos. Angelino de Arriaga (azul turquesa y oro): Ovación y silencio. Juan Camilo Alzate (negro y oro): Palmas y oreja con división. Carlos Rodríguez (rosa y oro): Palmas y silencio. Destacó en varas David Vázquez y con las banderillas Gustavo Campos y El Torreón, que saludaron. Al finalizar el paseíllo se tributó un minutos de silencio al doctor Humberto Eguiarte, fallecido recientemente. Rodríguez brincó su segundo ejemplar a la memoria de nuestro compañero Fernando Barrera.


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