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Juan Chávez es profeta en su tierra (video)

Martes, 02 Nov 2010    Morelia, Mich.    Guillermo Portillo I Foto: Nahum Rodríguez           
Comparte el triunfo con el ganadero Fernando Ochoa
Inspirado y haciendo las cosas con mucha entrega y gusto taurino, el michoacano Juan Chávez bordó el toreo delante de un toro de regalo, perteneciente a la ganadería de El Junco, que finalmente mereció el indulto ante el éxtasis de la afición.

Tarde de ensueño para el torero michoacano, que conquistó un triunfo muy sonoro en la Monumental de Morelia dentro de la tradicional corrida nocturna de Día de Muertos.

El Gallo de Lagunillas, como llaman a Juan Chávez, mostró notables avances en su manera de interpretar el toreo, mucho más maduro, muy puesto y dispuesto. Con su primero estuvo realmente bien de capa, lanceó a la verónica y luego de varas ligó un ajustadísimo quité por chicuelinas. Con la franela anduvo siempre a su aire, caminándole sabroso al toro gustando y gustándose además de transmitir mucho al tendido, corrió la mano por ambos lados ante un toro emotivo y pronto al cite al que no pudo matar al primer viaje, sin embargo, saludó desde el tercio.

Con su segundo las cosas no le rodaron bien, el excesivo castigo en la suerte de varas provocó la antipatía del respetable que no quiso saber de su labor, el torero, que recibió fuertes reproches, fue breve y regaló un séptimo toro.

Con el que cerró plaza, Juan Chávez se sublimó en el toreo de capa, primero por verónicas y luego de la actuación de los del castoreño se echó el capote a la espalda y pegó un soberbio quite con las zapatillas plantadas en la arena, en una muestra clara de entrega, valor y vergüenza torera ante el trago amargo del toro anterior.

Con la muleta hizo una faena memorable, el toro fue bravo, emotivo, con calidad y tremendo recorrido, que atendía pronto la invitación del torero michoacano que estuvo siempre a la altura, corriendo la mano a placer por ambos perfiles en una faena que subía de nivel, la entrega del público siempre fue en paralelo con la elegancia y gallardía del torero, que no terminaba por consumar un trasteo lleno de bellísimos y artísticos momentos.

Al final el público al unísono gritaba "¡torero, torero"!, al tiempo de pedir merecidamente el perdón para el toro del El Junco que fue concedido y el torero paseó los trofeos simbólicos para después salir en hombros, junto a Arturo Macías y con un público desbordante de júbilo ante su torero.

El hidrocálido Arturo Macías tuvo una tarde de altibajos, con en ambos tuvo solo detalles de ese torero de arte y valor que lleva dentro, pero no pudo redondear su actuación. Con su primero inició valiente, verónicas y luego de varas de llevó el capote elegantemente a la espalda para ejecutar espeluznantes gaoneras, que de tan  ajustadas fue prendido de fea manera sin mayores consecuencias, el hidrocálido se levanto y repitió la dosis par ahora si salir airoso.

Con la muleta tuvo pinceladas artísticas y del agrado del respetable pero se puso pesado con la espada y se retiro en silencio. Con su segundo las cosas no fueron muy distintas, nuevamente instantes de su buen quehacer pero claramente dejó muestra de no estar en su mejor momento. Al final cobró un certero espadazo, que al único que sorprendió fue al juez de plaza que soltó rápidamente dos pañuelos, provocando el inmediato reproche del público obligando al torero a entregar los trofeos a un banderillero y dar una aclamada vuelta al ruedo.

Eulalio López "Zotoluco" estuvo bien con su lote pero mató mal a sus dos enemigos, de lo contrario estaríamos hablando de una tarde redonda en Morelia, no fue así por los errores de los espadas a la hora de entrar a matar.

Ese fue el pecado del torero capitalino que estuvo bien con el que abrió plaza, en el tercio mortal corrió bien la mano por derecha y tuvo momentos valiosos que malogró con el acero retirándose en silencio al callejón. La historia fue muy similar para él con su segundo, aunque a este, cuarto de la tarde, tuvo que someterlo un poco más para extraer del toro su complicidad que al final le llevó a dejar un grato sabor de boca en el público moreliano que también se le entregó gritándole ¡"torero, torero!", pero sus errores con la espada cambiaron las ovaciones por abucheos y de nuevo se fue con la manos vacías al callejón.

Ficha
Morelia, Mich. Plaza Monumental. Tres cuartos de entrada. Tradicional corrida del Día de Muertos. Toros de El Junco, bien presentados y buenos en general, sobresaliendo los lidiados en 3o. y 4o. lugares, que merecieron arrastre lento. El 7o., de regalo, fue indultado. Pesos: 560, 468, 585, 470, 508, 506 y 470 kilos.  Zotoluco (corinto y oro): Silencio en su lote. Arturo Macías (palo de rosa y oro): Silencio y dos orejas con protestas. Juan Chávez (salmón y oro): Silencio en su lote y dos orejas y rabo simbólicos tras indultar al de regalo.


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