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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 08 Dic 2022    CDMX    Redacción | Foto: Archivo     
"...una corrida que, de suyo, ya está marcada como un caso..."
Alejandro Adame llegará a la alternativa este sábado en la plaza "La Luz" de León, y de esta manera no sólo engrosará la lista de toreros hidrocálidos que han alcanzado el grado de "matador de toros", sino la de la dinastía que fundó su tío abuelo, Efrén Adame "El Cordobéx", aquel heterodoxo de los ruedos surgido a mediados de los años sesenta.

Todavía recuerdo con nitidez la primera vez que vi a Alejandro. Fue el 7 de septiembre de 2007 a las puertas del imponente coliseo romano de Arles, el día de la alternativa de su hermano José. Ahí andaba jugando con Luis David, otro chiquillo inquieto, que también había cruzado el charco para estar presente en aquel gran acontecimiento familiar.

Pastoreando a los niños andaban las tres mujeres de la casa: doña Estela, la madre del toricantano, y sus dos hijas, Syneth y América. Discreto y un tanto dubitativo, estaba don José, el padre de esos chavalines que iban a quedar marcados por Joselito que a los 14 años se marchó de “Aguas” en busca de un sueño: ser figura del toreo.

Alejandro corría de un lado para otro, quizá sin saber a bien lo que iba a ocurrir aquella tarde. Sus ojos de un negro intenso, vivaces, enmarcados por dos cejas oscuras, muy pobladas, le conferían a su rostro un toque especial, aderezado por dos pequeños hoyuelos en las mejillas que se acentuaban al sonreír.

Al cabo de 15 años, la influencia de Joselito sobre sus hermanos varones ha sido determinante, pues los dos siguieron sus pasos en épocas y circunstancias distintas. A partir de este sábado, el denominador común más evidente será que Luis David y Alejando llegaron a la alternativa, y qué gozo poder estar juntos en una corrida que, de suyo, ya está marcada como un caso histórico si no único, por lo menos con un sabor distinto al que vivieron los hermanos Sánchez en Tampico en 1987.

Desde entonces han transcurrido 35 años, y tal vez la diferencia más notoria es que entre los tres Sánchez no había una diferencia de edad tan marcada como la que existe entre José y Luis David, y aún más con Alejandro.

El destino muchas veces tiene deparados acontecimientos inesperados, y esta corrida de León es uno de ellos: ver a tres hermanos vestidos de toreros, en igualdad de condiciones, unidos por el mismo sentimiento que nace del toro.

Y será un gusto estar ahí, y transmitir por radio, como en su día en Arles, una alternativa que viene a justificar un largo camino como novillero. Ahora tocará turno a Alejandro, el benjamín de la dinastía, demostrar que quiere escribir su propia historia en el escalafón de los matadores de toros.

Tal y como lo hizo su abuelo, o sus tíos Efrén y "Teo", que fueron novilleros, o sus primos segundos, Gerardo y Jorge. Ahora comienza una nueva etapa, quizá más difícil que la primera. ¡Mucha suerte, torero!


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