Un desangelado ambiente se vivió la tarde de este sábado en la corrida guadalupana celebrada en la Monumental de Morelia, en la que Israel Téllez fue el máximo triunfador tras cortar dos orejas, una en cada toro, demostrando que avanza cada vez más y tiene un carisma especial.
Al primero de su lote lo recibió con tres faroles de rodillas, para luego torear muy bellamente a la verónica y quitar por chicuelinas, calentando así al poco público que se dio cita para esta corrida en la capital michoacana.
Téllez colocó tres soberbvios pares de banderillas e inició su faena de hinojos para ligar cinco derechazos extraordinarios y bien rematados. Su labor fue buena por ambos pitones, trazos largos, aprovechando las embestidas de un burel bravo y emotivo.
Tras terminar de pinchazo y estocada, el palco de la autoridad le concedió una oreja, con la que dio la vuelta al ruedo en son de triunfo ante los vítores de la afición moreliana.
Su segundo no fue de Boquilla del Carmen, sino de El Junco, un astado sin fijeza y que tiraba derrotes en lugar de embestir. isreal intentó hacer las cosas bien, colocó banderillas con mayor mérito que lucimiento y no escatimó esfuerzo alguno.
Su labor con la muleta no fue lo limpia que hubiera querido, pero siempre marcada con el sello de la entrega. El público reconoció este importante dechado de garra y le pidió con fuerza la oreja aún despés de que Téllez pinchó antes de la estocada, y el juez no tuvo más que concederla pese a que no quería soltarla.
Morenito de Aranda cayó de pie en Morelia, pues le tumbó la oreja al primero de su lote después de hacer gala de buen toreo con el capote, verónicas suaves y cadenciosas, así como un trasteo interesante por ambos pitones.
Los muletazos del español fueron templados; derechazos asentados y largos naturales que provocarón el olé intenso del público michoacano. Tras pinchazo y entera, Morenito pudo llevarse el trofeo.
Con su segundo poco pudo hacer, pues el toro pronto se rajó. Jesús Martínez anduvo tesonero y pisó terrenos comprometidos buscando un triunfo que finalmente no llegó, pero eso sí, el público lo reconfortó con una cerrada ovación.
Ignacio Garibay no tuvo suerte esta tarde. Su primero fue soso, pero gracias al sitio que tiene este diestro logró extraerle muletazos de gran valía, dejpandole la muleta en la cara y tirándo de él. Lástima que pinchó en su primera oportunidad y dejó un bajonazo al segundo intento, pues lo que pudo haber sido una oreja quedó en salida al tercio.
Su segundo fue un toro manso y Nacho abrevió ante las nulas opciones que mostró su enemigo.