Cumplió Luis Manuel Pérez "El Canelo" con la cita que todos los novilleros esperan y lo hizo de manera decorosa, dejando abierto el crédito para lo que venga en su carrera ya como matador de toros. Se notó en momentos mayor reposo en su quehacer y quedará para su historia personal que le cortó una meritoria oreja al toro de su alternativa.

El toro de la ceremonia, bien presentado, adoleció de falta de fuerzas desde su salida, y ya en la muleta, para más inri tenía un lado izquierdo sin un pase. Una vez que Óscar San Román le doctoró, Luis Manuel estuvo porfiando, tratando de alargar la embestida por el pitón derecho y toreando a media altura, y como dejó un buen espadazo de efectos inmediatos la gente le premió solicitando la que ha sido su primer oreja como matador de toros.

El destino le dejó el toro de mejor juego del encierro, que fue el que cerró plaza, que tuvo recorrido y al que Luis Manuel recibió con una larga cambiada de rodillas dejando patente su intención de redondear el triunfo la tarde de su alternativa.

En el mismo tenor inició su faena de muleta con un cambiado por la espalda, para después ligar tandas por ambos lados que si bien hablaron de sus ganas de redondear la tarde, quizás si cabe, en algún momento por esas ganas le faltó dar una mayor sensación de estructura en la faena. Sin embargo la gente se le entregó, y cuando parecía que podía obtener algún trofeo, falló con la espada y se tuvo que conformar con una ovación tras escuchar un aviso.

El triunfador del festejo fue Óscar San Román, que le cortó una oreja a cada uno de sus toros. Su primero adoleció de falta de fuerzas, pero sumado al mérito de intentar agradar al respetable a pesar de esta condición del toro, remató el esfuerzo de una buena estocada para hacerse merecedor a su primer trofeo de la tarde.

En su segundo el mérito consistió en aprovechar las medias embestidas que tuvo el toro por el lado derecho, esto tras iniciar el trasteo con muletazos de mucha clase que despertaron el entusiasmo en el tendido y arrancaron los olés más sentidos de la tarde. Y si bien por ese lado el toro no completaba el viaje, tuvo un poco más de recorrido por el pitón izquierdo, por donde Óscar se recreó en varios naturales. Faena de gusto rematada con media estocada suficiente para recibir otra oreja.

También toreó con gusto Alejandro Amaya con capote y muleta a sus dos toros, sobre todo a su primero, que fue de los dos toros más potables de la corrida junto con el cierraplaza. Buen toreo a la verónica para recibir a los dos toros y un manejo deficiente con la espada marcaron su quehacer, ya que sobre todo a su primero, en caso de haber acertado con la espada le hubiera hecho acreedor a cuando menos un apéndice. Su segundo calamocheaba y no le permitió estar tan a gusto en la cara como el anterior.

Salió en cuarto lugar el rejoneador Leonardo Zataraín, que estuvo empeñoso, aunque dejando a merced del buen novillo de Mar de Nubes que le correspondió sus cabalgaduras, cuestión que el público valoró para dividir sus opiniones tras un rejonazo contrario con el que cerró su actuación.

Actuaron junto a él los Forcados de Juriquilla, que saludaron una ovación tras una buena pega al primer intento. Mencionar también que fue ovacionado Pedro Núñez "Chavalillo", que salió como sobresaliente y ejecutó dos quites.