Teniendo como marco el Festival Internacional Cervantino, la tarde de este sábado se llevó a cabo la segunda y última corrida, ante tres cuartos de entrada y vestidos de manera goyesca, realizaron el paseíllo los diestros Enrique Ponce, Arturo Macías y Mario Aguilar. En una tarde de clima fresco, el maestro español calentó el ambiente cortando tres orejas y un rabo.

Ponce, que curiosamente llegó tarde a la plaza, se enfrentó en primer término a "Miguelón", un astado de escasa presencia al que toreó por verónicas, quitando con los mismos lances. Con la muleta rápidamente entendió las buenas condiciones del astado y dictó una bella cátedra de buen torear, en la que destacaron un toreo vertical, tandas por ambos lados que estuvieron adornadas por pintureros detalles como la vitolina, los trincherazos y el de pecho; después de un pinchazo mató de media estocada y el juez le otorgó una oreja.

El cuarto de la tarde fue anunciado como "Laín", un toro que sí tenía la catadura adecuada. Ponce se abrió de capa dibujando el lance fundamental del toreo, después de un buen tercio de varas el valenciano tomó su muleta para estructurar una faena caracterizada por la estética, el arte y la profundidad, la noble embestida del toro armonizó una bella pieza de arte en la que el diestro de Chiva se recreó en tandas por ambos lados, mismas que coronó con vistosos adornos.

Como lo hiciera en La México, flexionó una rodilla para ejecutar imponentes dosantinas que calaron hondo en los tendidos. Ofició magistralmente con el acero para recoger los máximos trofeos en medio del entusiasmo colectivo del público.

Arturo Macías sigue demostrando que esta en vías de llegar a la cima del toreo mexicano, al ver la maestría de Ponce, salió a no quedarse atrás, con "Fer" lanceó  a la verónica, con la franela, inició su labor por el pitón derecho para inesperadamente ejecutar un pase por la espalda que resultó ajustadísimo, con trincherazo reinició la faena que fue constituida por dosantinas, trincherazos y arrucinas, finalizó su trasteo alternando bernadinas con manoletinas, lamentablemente pincho, saludando en el tercio.

"Don Quijote" fue el quinto de la tarde y aunque fue un astado de buena presencia, resultó incierto y peligroso, no obstante Macías buscó el triunfo, lanceó a la verónica, intentó correr la mano pero las embestidas descompuestas del toro no permitieron el lucimiento, en todo momento el hidrocálido estuvo entre los pitones del lunar del encierro, por su voluntad saludó en el tercio.

Mario Aguilar estrenó su reciente alternativa con "Mau", al que recibió con una larga cambiada para luego lancear a la verónica y por chicuelinas, quitó con tafalleras que fueron rematadas con una soberbia media. Con la muleta corrió la mano por la derecha, sin embargo al tomar la muleta con la mano izquierda ejecuto extraordinarios naturales que fueron confeccionados con largueza y lentitud, ejecutó una serie de dosantinas, falló con la espada saludando en el tercio.

El último de la tarde llevó el nombre de "Mandelo" que también aunque de buena presencia resultó reparado de la vista, Mario estuvo muy voluntarioso pero la noche, el frío y las condiciones de su enemigo no le permitieron lucir, aunado a lo anterior pasó penurias con la espada para escuchar dos avisos.