El hidrocálido Joselito Adame fue el máximo triunfador de la corrida nocturna que abrió los festejos de feria en "El Relicario" de Puebla, pues desorejó a su segundo y salió en volandas, mientras que Silveti cortó una oreja y Saldívar anduvo como un león.

Se llevó Joselito al toro con más romana de la noche al que dio buenos lances de recibo abrochados con torera media; deseoso de remontar lo poco logrado en el otro, indicó que se le diera un solo puyazo para que le llegara con mayor movilidad, lo que quizá ocasionó a la cuadrilla un regular desempeño en el segundo tercio.
 
Brindó al respetable y desde que lanzó al aire la montera se le vio la determinación de triunfo, inició con una mano en la barrera evocando tiempos idos pasando al toro por alto; luego construyó su labor a base de toreo derechista aderezado con remates oportunos como un sabroso trincherazo por ahí de la tercera serie; cada embestida fue aprovechada por el diestro que en el momento de la verdad mantuvo la concentración, colocando un estoconazo pasado que surtió efectos, vino entonces la demanda y concesión de los auriculares.
 
El que abrió plaza fue recibido con palmas por su presencia y pitado en el arrastre por el juego que dio, no obstante arremetió al caballo en dos puyazos lo que dio a pie a que Saldívar instrumentara navarras en el quite. A medida que transcurría la lidia el toro se iba quedando corto aunque Adame buscaba hacerlo pasar, pero pronto desembocó en una faena de aliño en la que se puso pesado con los aceros para recibir un recado del biombo.
 
A punto de lograr un triunfo similar estuvo Arturo Saldívar con el quinto de la función, que si bien no estaba excedido de fuerza tenía peligro; las verónicas aseadas precedieron al único puyazo y luego la demostración de celo por parte del torero, al quitar por zapopinas que no le habíamos visto, al cruzarse con Joselito intercambiaron miradas nada ofensivas sino como dando a entender: también aquí estoy, después nos regalaría una faena de aguante impresionante digna de cualquier plaza del mundo.
 
Prácticamente encunado provocaba la arrancada llegando el toro a tocarle los muslos en tres o cuatro ocasiones, pese a lo cual logró muletazos templadísimos sobre ambos perfiles calando en el público que puesto en pie lo aclamaba con el coro de ¡torero, torero!, casi todo estaba hecho cuando vinieron dos pinchazos arriba y un certero descabello perdiendo los apéndices pero ganando la admiración del público poblano que le hizo dar más que merecida vuelta.  
 
Recibió a su primero de buena presencia con verónicas hincando una rodilla; dos puyazos le dieron a este burel que trajo a la cuadrilla con apuros, hubo labor de gran firmeza por parte de Arturo particularmente del lado derecho, un pinchazo antes de la estocada redujo todo a la ovación que agradeció en el tercio.
 
El primero en tocar pelo fue Diego Silveti, lo hizo con el sobrero sustituto; el tercero se rompió la pata derecha tras desarmar al torero, con el mismo capote se enredo el burel y cayó a la arena con el resultado mencionado. Vino un toro de La Punta también muy hecho ante el que Diego estuvo porfión sin trascender demasiado pero logró una estocada caída que hizo doblar, se le otorgó una oreja que paseó entre protestas.
 
Fijo aunque sin gran recorrido fue el que cerró plaza pero le permitió a Diego instrumentar cadenciosos lances patijuntos en el recibimiento, el toro peleó bien en varas posteriormente se lució Christian Sánchez con los rehiletes y fue llamado a saludar.

Logró el bisnieto de El Meco una faena intermitente con la diestra que fue festejada; sin embargo la estocada tendida y el descabello le redituaron solo palmas.