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Luis Ignacio, ratifica; Llaguno, encandila (video)

Domingo, 22 Sep 2013    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: Sergio Hidalgo           
Escobedo le tumbó una oreja al primer ejemplar de la tarde
En lo que fue  el cerrojazo de la Temporada Chica en La México, Luis Ignacio Escobedo ratificó sus buenas actuaciones del presente serial y paseó una oreja ganada con todas las de la ley, mientras que Juan Pablo Llaguno volvió a encandilar a la afición capitalina y, si no tocó pelo, fue porque la espada se lo impidió.

Los avances que muestra Escobedo son dignos de resaltar y no es casualidad que se vaya afianzando en el escalafón novilleril, pues todo es producto de un trabajo constante y de aprovechar las oportunidades de verle regularmente la cara a los novillos, pues de la mano del matador Ernesto Belmont ha podido sumar una mayor cantidad de fechas en su agenda.

El primero de la tarde fue un novillo con fijeza y nobleza, obediente a los toques y con calidad al momento de meter la cabeza. Decidido, Luis Ignacio lanceó a la verónica y cerró esta primera intervención con una pinturera media. Toreramente, comenzó el trasteo por abajo y, al notar las virtudes del ejemplar al acudir sobre la sarga, comenzó a recentarle derechazos con solera en los que sacó el pecho y lo llevó bien toreado.

Con cabeza clara, intentó no forzar demasiado el ejemplar, pues tendía a perder las manitas y no aguantaba tandas muy largas. En este tenor, brindó estupendos momentos al natural, erguida la figura y reposado el trazo, para retomar después la senda derechista y regalar un par de redondos que rubricaron esta muy bonita faena zacatecana. Luego de la estocada con la que despeñó al de El Vergel, que fue premiado con arrastre lento, Escobedo cosechó una oreja con importante peso específico.

El segundo de su lote fue el lunar del encierro, dado que pronto se quedó parado y, cuando acudía, lo hacía deslucido y sin mayor emotividad. Luis Ignacio no escatimó el esfuerzo y al final el público le premió con sus aplausos.

Varios de los asistentes a la novillada de hoy acudieron con el particular interés de ver a Juan Pablo Llaguno, que hace algunas semanas cayó de pie en esta plaza, y vaya que el joven espada no defraudó, pues regaló una actuación en la que rayó a importante dimensión y volvió a dejar en claro que en él puede haber un torero para figurar este planeta de los toros.

Con empaque fueron las véronicas para saludar al segundo de la tarde, al que después le endilgó un bonito quite por cordobinas. El cárdeno de El Vergel era obediente y Llaguno estructuró una faena de interesante calado, misma que inició estoico al ejecutarle el péndulo y que continúo poniéndose en el sitio para, pulseando bien las embestidas, torear de forma muy templada con la muleta en la diestra.

También, y quizá mejor, fue el pitón izquierdo del novillo, así que Llaguno aprovechó y los trazos naturales también tuvieron temple y largueza, mientras los tendidos se desgranaron en ovaciones. Con facilidad y aires de artista, le caminó de maravilla a su enemigo para ligar cambiados de mano y pases del desdén, suculento postre de una faena que lamentablemente no logró rubricar con el acero, perdiendo la posibilidad de cortar una o hasta las dos orejas.

El sexto de la tarde, y último de este serial menor, parecía de entrada no ofrecer grandes posibilidades de triunfo. Sin embargo, afloró el conocimiento de este joven valor y, con paciencia, lo fue sobando para sacar el fondo bueno que sin duda tenía, y en esta tesitura brindó pasajes de mucho sabor toreando por derechazos, todos éstos muy templaditos y colocándose en el sitio adecuado entre pase y pase.

Los naturales fueron bellísimos, llevando con mimo las acometidas del novillo y manifestando ese trazo profundo. Y cuando el ejemplar comenzaba a quedarse corto, le dejó la muleta un poco retrasada y así continuó con esta sinfonía que con torería estructuró. De nuevo falló con la espada y se esfumó una oreja que tenía ganada a pulso.

No sucedió demasiado con Gabriel García “El Gaby”, que incluso antes de su actuación se sintió mal, con algunos mareos. El primero de su lote fue un ejemplar dócil, pero era difícil de templar pues acudía paso a pasito y no estaba sobrado de fuerza. El Gaby logró acoplarse en algunos momentos, en los que toreó bien con la sarga en la mano derecha y dibujó detalles desmayando el engaño, pero sin lograr cobrar mayores relieves.

El segundo que le correspondió tuvo fijeza y una muy interesante movilidad por ambos perfiles, bravo el de El Vergel. El Gaby se notó desconfiado y, aunque tuvo instantes en los que se centró y pudo torear bien, no logró tomarle el ritmo al novillo y el trasteo discurrió entre altibajos, dejando pasar así una oportunidad muy buena. En un descuido, fue prendido por el ejemplar y lo llevaron a la enfermería para ser atendido, pero volvió y remató su faena para escuchar división de opiniones.

De esta forma, con una novillada muy interesante y tras la que el público salió contento, culminó la Temporada Chica en este monumental coso capitalino

Ficha
México, D.F. Plaza México.- Decimosegunda y última de la Temporada Chica. Unas 3 mil 500 personas, en tarde agradable. Seis novillos de El Vergel, correctos de presentación y de buen juego en su conjunto, entre los que destacó el 1o., premiado con arrastre lento. Pesos: 422, 415, 416, 418, 412 y 414 kilos. Luis Ignacio Escobedo (azul marino y oro): Oreja y palmas. Gabriel Sánchez "El Gaby" (azul purísima y oro): Palmas y división. Juan Pablo Llaguno (canela y plata con remates negros): Ovación y palmas tras aviso. Incidencias: Se desmonteraron los subalternos Fernando García y Jorge Luna, por buenos pares de banderillas. Destacó el picador César Morales, que fue ovacionado.


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