Banners
Banners
Banners

Pobre cosecha en la novillada de GDL (video)

Domingo, 22 Sep 2013    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Memo Sierra           
El estupendo natural de Cañero

Un natural exquisito y uno de pecho para cartel, ambos a cuenta del ibero Raúl Cámara, fue el exiguo resultado de un festejo en que los toreros naufragaron frente a un encierro ligero de carnes (excepción hecha del de Claudio Huerta) que completó la sexteta de novillos-toros lidiados en una tarde que inició con sol radiante y que, como el festejo, poco a poco, como los actuantes, se fue desdibujando. No fue un encierro sencillo pero, aunque no tuvo mala leche estuvo por encima del bagaje de los coletudos.

El aguascalentense Alejandro López, se llevó en suerte un bonito ejemplar de Claudio Huerta que tardó en enterarse (volteaba la cara a los capotes); pero cuando López lo fijó bien que humilló obediente. Sólo que el torero no se confió y mantuvo ese tenor con la muleta a la que "Alfajor", un bonito cárdeno bien armado, en los lomos acudió con una lentitud exigente que el espada no fue capaz de esperar. He de mencionar que por el lado izquierdo, el morito no quiso nada. Dos pinchazos y tres cuartos de acero bajo y delantero acabaron con él. Silencio.
 
Su segundo, mulato de pelaje, delantero de cuerna, humilló en la brega fue pronto al piquero y mantuvo esa condición en el último tercio, pero el espada no pudo hallar, ni el sitio ni la distancia de un enemigo que tuvo obediencia, emotividad y se embarraba el hocico de arena. Dos pinchazos y entera en el rincón para retirarse en silencio al callejón.

En teoría, el alicantino Raúl Cámara tenía la ventaja de enfrentar ejemplares con la embestida del toro ibérico, a la que está -o debe estar- más acostumbrado (evidente el encaste español del encierro de Paco Cordero). Pues niguas. Su primero, casi la única dificultad que presentó fue un incómodo punteo al final del muletazo que el torero del otro lado del charco fue incapaz de resolver. Lo mejor de su faena fue la impecable interpretación de la suerte de matar los toros. Sepultó una entera rinconerilla, pero me quedo con la ejecución. Silencio.

El segundo que le correspondió, la verdad sea dicha, nos dio coba a todos. "Arrayán", con sólo 365 kilos, fue divino de hechuras: hondo, bajito de agujas, fino de cañas y pezuñas y armónico por delante. Vamos… un dije. Tuvo una salida alegre, se comía los capotes con los pitacos apenas por encima de la arena. Al caballo acudió con prontitud y codicia. Total que el público se enamoró del castaño montadito. Bueno, hasta el biombo ordenó un arrastre lento. La verdad es que sí, al inicio del último tercio embistió con una gran calidad, humillado, con claridad y obediencia, pero… acabó haciéndolo con intermitencia. Ahora sí. Ahora me agarro al piso. Embisto con prontitud. Ya no, me tardo horrores.

Y así, pues no se puede construir una faena. Fue con este ejemplar que se vivieron los dos mejores momentos de la tarde. Un par de naturales en el que uno de ellos pedía a gritos la firma de Zuloaga. Y un pase de pecho con la zurda, en el que el español aguantó un parón del novillo, hasta que echó mano de un  tirabuzón le extraérselo, lento, largo y bien toreado. Dos pinchazos, entera y ovación entre división de opiniones. También el arrastre lento se llevó una similar reacción de los tendidos.

Me parece que esta tarde, a Edgar Badillo le pesó el escenario. El público tapatío no es fácil de convencer y, lo he dicho varias veces, no le gustan los toreros que se hincan sin más ni más. Cuando en otros ruedo, eso es evidencia clara de cómo se entrega un novillero, pues, aquí no. He sido testigo del repudio por esas maneras, hacia toreros, incluso importantes. Así que el zacatecano, con toda su buena voluntad hubo de obviar el reclinatorio.

Ya le había apretado fuerte en la capa, al igual que al piquero. Intentó el quite voluntarioso por chicuelinas, pero no tuvo ajuste ni quietud. Con los palos puso alma y corazón… pero tampoco. Ya con la muleta –cuando lo hicieron ponerse de pie- Edgar aguantó que el toro se ciñera fuerte por el derecho. Trató de aguantarle, mas no atinaba hacerle obedecer. Por el lado izquierdo consiguió llevarlo largo en un par de ocasiones, pero "Chocolate" se paró y hasta ahí. Un pinchazo y una entera bastaron para despacharlo. "Regaliz", segundo de su lote, lo hizo ver su suerte. Serio, muy serio por delante, no era de lidia fácil y Badillo no consiguió someterlo. Espadazo con habilidad y a otra cosa mariposa.

Para el domingo próximo, la empresa anuncia un cartel bonito. Un encierro de Santa Fe del Campo, para Juan Pablo Llaguno, a quien el público tapatío recuerda con gusto por sus actuaciones en los festivales de Escuelas taurinas, el paisano Cristian Verdín, que indultó un novillo de Guanamé y el michoacano Antonio Mendoza que, aunque se fue al hule en su comparecencia, le gustó al público de Guadalajara.

Ficha

Guadalajara, Jal.- Quinta novillada de la campaña. Entrada floja en tarde soleada que terminó con llovizna se lidiaron. Uno de Claudio Huerta, que abrió plaza y fue toreable y 5 de Paco Cordero, ligeros de kilos en general, variados de hechuras y cuerna, entre los que destacaron, 4o. y 5o., este último premiado con arrastre lento, entre división de opiniones. Alejandro López (burdeos y oro): Silencio y silencio. Raúl Cámara (rosa y oro): Silencio y ovación dividida. Edgar Badillo (obispo y oro): Silencio y silencio. Incidencias: Fueron ovacionados el picador Francisco Campos en el 5o., y los banderilleros, Francisco García en el 2o. y Edgar Camacho en el 5o.. El primero de la tarde fue lidiado ejemplarmente por las cuadrillas. Nota. Al palco le pasó de noche el minuto de silencio que debió haberse guardado en memoria del ganadero Manuel De Haro González.


Comparte la noticia