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Crónica Reciente

Triunfalismo en tarde sui generis en Hermosillo
Sábado, 16 May 2009 | Hermosillo, Sonora
Fuente: Jorge Raúl Nacif / Enviado
       

Una tarde de toros fuera de lo común se vivió el día de hoy en Hermosillo, en la que además hubo buen ambiente y una pizca de triunfalismo, pues algunas de las siete orejas que se repartieron Gárate, Garibay y Macías fueron benévolas.

Pero al margen de esta circunstancia comprensible, entendida en el contexto de un lugar donde se intenta hacer Fiesta, el público que acudió al festejo salió contento de la plaza y eso también vale.

El ruedo no era redondo, sino tenía forma de diamante, algo que terminó por no afectar la lidia. La música que amenizaba el festejo no era pasosdobles, sino "de banda", interpretada por un grupo típico de esta región del país.

Además, el público estaba ávido de gritar "olè" y corear todo lo que se hiciera en el ruedo, incluso la brega de los subalternos, algo que le dio un toque especial al festejo.

Ya en lo taurino, los momentos de mayor calado artístico los cuajó Ignacio Garibay, quien con el segundo de su lote, un nobilísimo toro de Los Encinos, instrumentó una faena lenta y alargando mucho el trazo, dándole diensión a cada uno de sus muletazos, sobresaliendo una dosantina que rayó en la perfección.

Su labor, que fue de más a menos, la rubricó de pinchazo y estocada, tras de la cual el juez le otorgó dos orejas cuando tenía ganada una con mucha fuerza.

A su primero, un toro que no duró mucho,  le tumbó un apéndice luego de una labor de pellizco y entrega que le fue reconocida por la afición, y en la que la entrega manifestada obligó a Garibay a, incluso, pegar muletazos de rodillas.

Arturo Macías le realizó al primero de su lote una faena  llena de carisma y actitud, aunque por momentos también se dio a torear con reposo y buen gusto por ambos lados, lo que terminó de poner a la gente a su favor.

Sin embargo no logró redondear del todo porque el de Los Encinos nunca se entregó por completo, aunque este torero aguascalentense se hizo ya de un lugar en el corazón de esta afición. Tras un espadazo envainado, le otorgaron las dos orejas.

Con el último de la función, un toro que se refugió en tablas y que era tardo en sus embestidas, Macías anduvo muy voluntarioso y queriendo agradar, aunque sin lograr el triunfo.

El rejoneador Jorge Hernández Gárate mostró ser un caballista muy sólido y eficaz, aunque le falta un punto de transmisión hacia el tendido. A su segundo, un toro alegre y fijo, le cortó dos orejas tras una labor variada en la que ejecutó las suertes con pureza y limpieza, así como exposición, como dos banderillas al violín en las que materialmente se salió de la silla.

Con su primero también dejó ver esa solidez y el buen manejo de sus cabalgaduras y en la ejecución de las suertes,  pero le hizo falta mayor contacto con el público y emocionarlo más con su toreo.

En ambos toros los Forcados Mazatlecos consiguieron dos extraordinarias pegas, muy en corto y echándole un valor tremendo.

Al final del festejo, en otro hecho extraño, ninguno de los tres toreros salió en hombros, sino caminando como si no hubieran triunfado. No cabe duda, un festejo sui generis.

Ficha
Primera corrida de la Feria Taurina Hermosillo 2009. Un cuarto de entrada en tarde muy calurosa. 6 toros de Los Encinos, manejables, destacando el lidiado en 4o. lugar, que mereció arrastre lento. Pesos: 470, 550, 490. 510, 510 y 530 Kilos. El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Palmas tras aviso y dos orejas. Ignacio Garibay (celeste y oro): Oreja y dos orejas. Arturo Macías (pistache y oro): Dos orejas y palmas tras aviso
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