Con un total de cuatro orejas, dos de ellas de sobra por sus malos oficios con la espada, el portugués Diego Ventura se alzô triunfador en la segunda de temporada en Motul, tarde marcada por el fràgil criterio del juez de plaza, que  también se sacò de la manga un apéndice para Rodolfo Bello.  

Ante un lleno sin apreturas se lidiaron toros de Puerta Grande, desiguales de presentaciôn, anovillados tercero y cuarto, en general faltos de casta. Menciòn especial merecen los Forcados de Mazatlán y su cabo de cara René Tirado luego de tres destacadas pegas, las dos ùltimas  rayando en la espectacularidad tras aguantar la reunión y las embestidas a boca de jarro, ante el reconocimiento unànime de los presentes.
 
Por lo que toca a los de a caballo, Diego Ventura alcanzô una actuaciòn de subido nivel, sobre todo con su primero. Ahì quedô el  pasaje de toreo de costado montando a "Nazarí". En un portento de temple, el caballista rodò a dos pistas, con el toro cosido a la grupa, como marcando las horas del reloj en la circunferencia del albero. También el albino caballo "Remate" rayò a buen nivel, permitiendo tres banderillas cortas, al violín, plenas de ritmo y plasticidad, por lo que merecidas fueron las dos orejas.
 
Con su segundo repitiò color. Poniendo la cuota que faltaba a su astado, débil y que incluso sólo se pasó con un solo rejón de castigo, volviò a lucir y fue de nuevo con "Remate", un caballo que seguro le traerá grande satisfacciones. De lamentarse las dos orejas otorgadas por el juez de plaza Ariel Avilés, cuyo criterio distó mucho de anteriores tardes, tras terminar por obsequiar tres de las cinco orejas otorgadas.
 
Ventura coronó dicha faena con feo metîsaca y pinchazo que descordò al astado, por lo que, insistimos, de sobra que estuvieronlos apéndices.
 
Rodrigo Santos también consiguió lo màs importante de su labor con su primero, un toro con motor con el que lució un toreo con el sello de espectacularidad, asomando destacada conjunción y dominio de sus jacas. Ahí dejó un destacado par al violín, pleno de facultades, màs para su mala fortuna no anduvo fino al oficiar con la hoja de peral. Su segundo, se parò, por lo que los aficionados terminaron por ovacionarlo, tras intentarlo.
 
Por lo que toca al joven Rodolfo Bello, se debe destacar su ìmpetu y entrega. Aún sin alternativa y una cuadra que apenas empieza a conformar, resaltó al mostrarse valiente, sobre todo con su segundo, un toro que arreaba, se arrancaba como
un ferrocarril y buscaba las tablas.
 
Varios sustos se llevó el caballista, que al final y gracias a su entrega resolviô la papeleta, más de sobra estuvo la oreja,sobre todo luego del feo chalecazo al momento de la suerte suprema. Lo demàs, seguro que con tesón lo encontrarà con oportunidades como esta, tras ser anunciado en un cartel postinero.