Karla de los Ángeles y Melina Parra fueron paseadas en hombros tras cortar dos orejas concedidas con magnanimidad, siendo numéricamente las triunfadoras, no obstante, Vanessa Montoya realizó la mejor faena.
 
Cuando toda esperanza de triunfo se esfumaba para Karla de Los Ángeles, por su mal lote, anunció un regalo; a la postre su mala fortuna le fue recompensada, al llevarse el mejor astado que fue premiado con vuelta al ruedo; Karla lo lanceó con temple y quitó con lances a pies juntos de gran suavidad.
 
Con buen pulso lo fue llevando a los medios donde cuajó una gran faena sobre las dos manos, aprovechando la clara embestida del de Ajuluapan que repetía de continuo. La estocada definitiva vino después de dos pinchazos, por lo que el premio de dos orejas francamente no procedía, pero como las concedieron, pues había que pasearlas.
 
Su primero tuvo complicaciones y no se entregó; la torera estuvo afanosa con pocos logros, y como falló con la tizona escuchó dos avisos.
 
A su primero lo lanceó con buenas maneras y, tras el castigo, Melina se atravesó para intentar un quite y se llevó una maroma, ocasionándose un desorden. El novillo cambió de lidia, se empezó a quedar y sonaron las palmas para Karla cuando terminó de dos pinchazos y estocada.
 
Los deseos de Melina Parra se vieron desde el momento en que echó las rodillas a la arena para recibir a su primero. Con la vara Antonio López "Zotoluco Chico" logró un buen puyazo que el público reconoció ovacionándolo. Tomó Melina las banderillas para salir del paso con ellas. 

Al intentar un pase cabiado para iniciar su faena,recibió un furte golpe;  de ahí siguió un trasteo deshilvanado, sin temple que los despistados festejaron, y en medio de ese clima acertó con la espada y pusieron en sus manos dos apéndices; no era para tal.
 
Con el sexto no supo qué hacer: anduvo siempre a merced de él, llevándose otra golpiza. Con espadazo caído lo envió al destazadero y escuchó palmas.
 
A Vanessa Montoya no la habíamos visto, nos pareció desde un principio que conoce el oficio y tiene valor. Dejó ver muletazos muy completos en el que abrió la velada, pero tardó en preparar la muerte, pinchó vino un aviso y un golletazo que finiquitó al novillo.
 
Empezó doblándose bien con el cuarto y con gran limpieza llevó el engaño sobre ambas manos, sus series siempre fueron rematadas con pinturería, y los adornos finales con gracia torera y conocimiento. Parecía tener las orejas en la espuerta, sin embargo el mal uso de la toledana se lo impidió, limitándose a recorrer el anillo entre aclamaciones.