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Hinojosa se cubre de gloria en Quito (video)

Viernes, 02 Dic 2011    Quito, Ecuador    Juan Antonio de Labra | Enviado           
El torero nacional y el ganadero colombiano compartieron el triunfo

Los valores de la Fiesta brillaron en todo su esplendor la tarde de hoy en Quito, con el dramático triunfo de Juan Francisco Hinojosa, que se jugó la vida sin miramientos delante de un bravo toro de la ganadería colombiana de Juan Bernardo Caicedo que mereció el indulto.

Toro y torero se entregaron a la par en medio de la explosión de alegría de un público maravilloso que alentó al ambatense desde su primera faena, cuando se plantó con decisión delante de un toro negro, serio y bien hecho, que miraba mucho.

Pero aquella demostración de valentía no había sido suficiente, por lo que tomó la riesgosa decisión de irse a poner delante de la puerta de los toriles para recibir al sexto. Y la tensión se podía percibir en su rostro segundos antes de que saltara a la arena el bravo "Capitán", un toro para el recuerdo.

A pesar de que el ejemplar de la divisa colombiana se distrajo un poco al asomar por la puerta, Hinojosa nunca dudó y se quedó quieto hasta ver venir aquel vendaval de bravura en el instante en que le adelantó la suerte y esquivo el primer envite del toro que le propinó una espeluznante voltereta que arrancó un alarido del público.

Afortunadamente, Hinojosa no resultó herido y se levantó con la misma rabia a seguir en la línea de fuego para torear con el capote por chicuelinas y rematar la serie con una buena media verónica.
Serenados y poco más los ánimos sobrevino un tumbo al picador, y la plaza volvió a encenderse de emoción a la par que "Capitán" enseñoreaba su bravura, en esa clara representación de la fuerza de la naturaleza que habita en el toro de lidia.

Hinojosa apostó por continuar en la misma tónica de entrega, haciendo gala de aquella famosa frase de Juan Belmonte quien alguna vez dijo: “el que quiera ser torero debe olvidarse de que tiene cuerpo”, y fue de esta manera como ejecutó un escalofriante péndulo en los medios, metidas las zapatillas en la montera, para después dar paso a un trasteo de distintos procedimientos, debido a su lógica falta de sitio.

Pero la entrega del hombre ahí estaba frente a la entrega del toro, fundidos en una emoción única, la que provoca este espectáculo tan rico en sentimientos. Así continuó toreando en series de redondos en las que intercaló diversos adornos hasta que el público, sabedor de la calidad del toro, solicitó el perdón de la vida del bravo "Capitán".

Hinojosa se cubrió de gloria y el toreo de Ecuador también, en una clara manifestación de júbilo que despierta ilusión porque cada vez más los toreros de la tierra busquen internacionalizarse para afinar su técnica y madurar su oficio.

Enrique Ponce y Sebastián Castella también brillaron con luz propia en una corrida donde los tres espadas utilizaron sus mejores armas. El valenciano hizo una segunda faena muy aseada, en la que comprendió que había que darle tiempo al toro y no obligarlo demasiado, sino más bien dejarlo a su aire.

A base de temple y suavidad, Ponce hilvanó muletazos elegantes y sobrios que agradaron mucho a un público que lo reconoce como un maestro consumado, que no contó con la colaboración del toro que abrió plaza, al que sólo pudo torear a gusto con el capote.

Castella se topó con el otro toro más potable del encierro colombiano, el segundo, con el que se centró en un trasteo serio y valiente, en el que brilló su colocación y autenticidad. Y la gente, que lo idolatra, lo premió con una merecida oreja.

Su faena al quinto fue larga, sin importar que el toro embestía acusando mansedumbre. El francés le aguantó parones con una enorme entereza y trató de redondear un triunfo, tarea que, con el comportamiento de dicho ejemplar, era casi imposibles.

Al final de la corrida Juan Francisco Hinojosa salió a hombros en compañía del ganadero, en medio de una alegría colectiva, esa de las grandes tardes de toros, las que hacen afición porque los valores de este ancestral espectáculo forman parte inherente de la cultura de nuestros pueblos.

Ficha

Quito, Ecuador.- Quinto festejo de feria. Lleno en tarde nublada, con ligera llovizna. Toros de Juan Bernardo Caicedo, parejos en hechuras y desiguales en comportamiento, de los que destacó el 6o., que fue indultado y se llama "Capitán", número 197, jabonero, con 470 kilos. Pesos: 495, 475, 471, 450, 450 y 470 kilos. Enrique Ponce (grana y oro): Ovación y oreja. Sebastián Castella (rosa y oro): Oreja y ovación. Juan Francisco Hinojosa (azul celeste y oro): Palmas y dos orejas y rabo simbólicos tras el indulto. Destacaron en banderillas Gabriel Caza y José Chacón, que saludó en el 2o.


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