El rejoneador Diego Ventura y el matador Rafael Ortega compartieron la salida en volandas al fianlizar la corrida nocturna celebrada este viernes en Orizaba, pues ambos pasearon dos orejas, mientras que Antonio Romero se fue de vacío en su lote.

Se afanó Rafael al torear con el capote al segundo de la velada, superándose al cubrir el segundo tercio que cerró con un par de cortas al violín muy festejado; aun con el poco castigo que recibió el de Los Cués se echó en las primeras series del trasteo, y para las siguientes no pasaba perdiendo las manos en dos ocasiones más; la insistencia de Rafael no trascendió pues solo eran medios pases,  con su habitual eficacia tumbó de estocada al morito del que le entregaron dos orejas cuando una era suficiente.
 
El quinto también de escasa presencia peleó bajo el peto, tuvo cierta aspereza y terminó rajándose, el torero volvió a banderillear aunque desistió de clavar el tercer después de dos pasadas en falso; sobre la derecha llevó a cabo una labor de poca quietud, sin  trasmitir, terminó de medio espadazo delantero y caído para escuchar algunas palmas.
 
Montando a "Demonio", Diego paró a un castañito corrido en cuarto turno; dejó un rejón contrario y otro mejor colocado, luego sobre "Revuelo" clavó banderillas tras templar galopando de costado; gustó el cite con los bamboleos de "Ginés". Sin embargo, el mejor momento fue el par a dos manos logrado sobre "Remate". El astado se echó antes que entrara a matar y aunque se incorporó, a toro parado hundió el rejón al segundo intento; le concedieron dos orejas que al ser protestadas lanzó al tendido.
 
Ante el diminuto abreplaza, Diego montó a "Guadalquivir" clavando dos rejones que al no penetrar se cayeron, clavó un tercero y lució con su toreo de costado sobre "Galán", pero le festejaron más los quiebros montando a "Milagro"; a lomos de "Volapié" clavó banderillas cortas de diversa colocación. Posteriormente, por sus fallos con el rejón de muerte y el descabello, se retiró en silencio.
 
Correspondió a Antonio Romero en primer lugar uno de Cerro Viejo con genio, cuando intentaba un quite fue prendido y cayó recibiendo al caer fuerte golpe en la cadera; logró ligarle una serie templada por el pitón derecho lo que no pudo continuar, pues el animal se frenaba, buscaba y a punto estuvo de echarle mano dos veces más; viendo eso Antonio toreó aseadamente por la cara antes de pinchar, le sonaron palmas de aliento.
 
De Los Cués fue el sexto y casi de salida se rompió una manita, siendo sustituído por uno de Garfias el único bien presentad. Romero mostró disposición y deseos que el público le agradeció; a este burel que tampoco tuvo recorrido lo despachó de tres pinchazos y estocada caída para retirarse entre palmas.