Ignacio Garibay fue el triunfador del cuarto festejo de feria en Autlán de La Grana, luego de cortarla la oreja a cada uno de sus toros, mientras que Rodrigo Santos, quien reapareció, y Federico Pizarro, pasearon un apéndice.
No cabe duda que Nacho conecta rápido con el tendido, pues desde que se abrió de capa para bordar el toreo a la verónica con su primero, la gente estaba ya muy metida con él, situación que aprovechó para ejecutar un quitazo por chicuelinas y dejar el ambiente más que caldeado.
Inició la faena de muleta de rodillas, lo que emocionó aún más a un público que venía dispuesto a aplaudir, para luego cuajar buenas series por ambos lados, toreando muy relajado y a placer. Era tal la conexión con el tendido, que hasta en dos ocasiones pidió a la banda de música que tocara “La Marcha de Autlán”, el tema de batalla de esta población tapatía.
Desafortunadamente desapreció un triunfo que puedo haber sido de dos orejas, pues pinchó, aunque sí paseó un trofeo, ya que terminó con la vida del burel en su segundo intento con el acero.
Con el sexto, un toro muy boyante y que apretaba en todos los terrenos, Garibay volvió a bordar el toreo, quizá con menos clase, pero con la misma entrega y emoción, tanto de capote como de muleta.
Tras muletazos de bella factura, Nacho terminó de gran estocada y la autoridad le concedió la oreja, misma con la que recorrió el anillo en son de triunfo.
En su reaparición, Rodrigo Santos le tumbó un apéndice al segundo de su lote, un toro de San Marcos con el que consiguió momentos muy vibrantes, sobre todo a la hora de colocar las banderillas a su más puro estilo, “la santina”. Además, llevo siempre muy templadas las embestidas del toro.
Tras un par de fallas con el rejón de muerte, el público pidió la oreja con insistencia, misma que fue concedida entre una gran ovación y que representa un retorno triunfal para Rodrigo.
Con su primero, un astado de Cerro Viejo que fue protestado con fuerza por su escasa presencia, poco pudo hacer, pues jamás se acomodó en las embestidas. Tras matarlo de un bajonazo, se retiró en medio de silencio.
Federico Pizarro le cortó la oreja al quinto, un toro en el que cuajó un par de series con la derecha y otras más con la izquierda que le resultaron de gran calado artístico, aunque sin lograr redondear la gran faena que se mascaba.
Después de una estocada, de la que se amorcilló el toro, y un descabello, pudo pasear el trofeo entre el beneplácito de la afición que hizo una estupenda entrada en Autlán.
Su primero fue un astado fuerte y codicioso, que se revolvía en un palmo de terreo. A decir verdad, Federico jamás le pudo, aunque estuvo insistente tratando de dominarlo.
Ficha Cuarta corrida de feria en Autlán. Tres cuartos de entrada en tarde agradable. 4 toros de
San Mateo para la lidia ordinaria, buenos en su conjunto. 1 de
Cerro Viejo para rejones, protestado por chico. 1 de
San Marcos para rejones, que fue manejable.
Rodrigo Santos: Silencio y oreja.
Federico Pizarro (azul rey y oro): Silencio y oreja.
Ignacio Garibay (azul celeste y oro): Oreja y oreja. El subalterno
Gustavo Campos saludó en el tercio por un gran par de banderillas al 5o.