Óscar San Román y El Payo comparten el triunfo
Sábado, 17 Sep 2011
Querétaro, Qro.
Raúl Magos | Foto: Juan Carlos Amarillas
Tras cortar dos orejas por coleta, en el mano a mano
Al final el serial de Fiestas Patrias en Provincia Juriquilla tuvo un final inmejorable para la gente que casi llenó el bello coso queretano, con los dos toreros de la tierra izados a hombros y dos faenas distintas donde ambos desplegaron en varios momentos la esencia de sus conceptos.
Podría dividirse el festejo en dos partes, la primera más bien sin brillo –la de los seis toros del encierro titular-, con detalles y voluntad de Óscar y Octavio, y un guión casi similar en seis capítulos, de toros débiles, sin transmisión e incluso uno de ellos protestado y mantenido sin razón en el ruedo –el quinto de la tarde-. Esto último sin embargo, daría un giro a la corrida ya que Óscar San Román decidió regalar un séptimo y la gente sintió que podría haber posibilidades de sacar toda la emoción contenida hasta ese momento. Y no se equivocó.
El séptimo del festejo, de la ganadería de Marrón, grandullón pero con recorrido -a diferencia de los del día anterior, peleando incluso con más intensidad en la cabalgadura-, le permitió a Óscar San Román desplegar la tauromaquia de sentimiento que le ha acompañado como concepto en buena parte de su carrera, justo cuando están por cumplirse 20 años de su doctorado -25 de diciembre de 1991-.
Desde el capote se dio cuenta del recorrido del toro y lo aprovechó para torear con gusto a la verónica, y ya luego con la muleta, daría rienda suelta a su sentimiento, toreando con largura por ambos pitones, saliendo con una expresión en el rostro de artista consumado al rematar las series. Tras una gran estocada, de mérito, en la suerte de recibir y en los medios, recibió las dos orejas que la gente pidió con fuerza, y si antes disfrutó el artista, al dar la vuelta al ruedo disfrutó y se emocionó el torero, tras comulgar con la afición de su tierra.
Y si Óscar San Román, en plena madurez disfrutó al triunfar en este momento de su vida torera ante el público de su tierra, Octavio García “El Payo” volvió a revalorizar su calidad ante la misma audiencia, que siguió con intensidad la faena al segundo de regalo, octavo del festejo, que también tuvo recorrido aunque un poco de menos fuelle, apenas fue picado y tuvo más tendencia a llevar la cara a media altura que el anterior.
A destacar su recibo con templados lances a pies juntos con el capote, así como el emocionante y rotundo inicio de su faena de muleta con pases cambiados por la espalda, por alto, desdén y remate sin enmendar un ápice la colocación de las zapatillas sobre la arena. Después se dio a torear con gusto y empaque por ambos pitones, y cruzándose a pitón contrario para encelar cuando el toro regateó las embestidas.
Se fue, ahora sí con decisión sobre el morrillo, y dejó una estocada en correcta colocación que le llevó a obtener premio idéntico al de su paisano en el toro anterior. Al igual que en el toro anterior, El Payo también habría de disfrutar la vuelta en comunión con el público queretano.
Ya decíamos al iniciar la crónica, como se dice en el argot, el público en general seguramente salió satisfecho de la plaza y diciendo acerca de la salida a hombros de los toreros de la tierra, “no es mala foto, eh”? Y más visto que el cartel de toreros queretanos conjuró una gran entrada.
Ficha Tercera corrida de Fiestas Patrias. Casi lleno en tarde nublada pero de clima agradable. 6 toros de
Luis Felipe Ordaz, disparejos de presencia -el 5° protestado-, débiles y descastados en general, y 2 de
Marrón, lidiados como regalo, con recorrido y premiados con arrastre lento. Pesos: 525, 480, 500, 530, 473, 490, 582 y 470.
Óscar San Román (grana y oro): Palmas en su lote y dos orejas en el de regalo.
Octavio García “El Payo” (azul marino y oro): Palmas en su lore y dos orejas en el de regalo. Destacaron en banderillas
Diego Martínez y
Rafael Zenón Romero.
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