El rejoneador venezolano José Luis Rodríguez fue el gran triunfador de la segunda corrida de la Feria de Tovar celebrada hoy, en la que el mexicano Alejandro Martínez Vértiz decepcionó con una actuación carente de entrega y fue abroncado.
Hubo buena expectativa por ver este cartel, que registró la mejor entrada hasta la fecha.
Alejandro Martínez Vertíz, poco pudo en el saludo capotero, debido a la rebrincada embestida del primer toro. Discreto y dubitativo, además de falto de sitio, en el planteamiento de faena ante un toro de medias arrancadas, con la cara alta y que calamocheaba. No justificó su inclusión en esta corrida. Para colmo de males, mató de un bajonazo.
Con el cuarto de la tarde, el pico de la muleta sale a relucir con mucha regularidad en sus pases, así como el dar las afueras al toro al vaciar cada muletazo. Dejó ver su verdor y más aún en la suerte suprema donde se eternizó para escuchar pitos.
Cesar Girón recibió con dos largas cambiadas jaleadas por el respetable. Su faena de muleta la inició doblándose con el burel, para ligar con una serie de muletazos por el piton derecho. A base de porfiar de uno a uno, a un toro que no tenía recorrido y de paso rebrincaba en sus embestidas. Media estocada bastó para despachar al toro.
Con el quinto apenas destaca con algunos lances a pies juntos. El toro fue manso al caballo. Inicia su faena de muleta rodilla en tierra, par aluego ligar con tres tandas por el pitón derecho, llena de entrega y temple a un toro con recorrido y que sobre todo humillaba. Pero ya al finalizar la cuarta tanda el toro comenzó a venirse a menos, quedándose corto. A partir de ahí los efectos especiales, desplantes y remates de rodillas. Finalizó su labor de pinchazo y estocada tarsera.
Rafael Orellana recibió con varias verónicas de buen corte al tercero de la tarde, al que remató con una media. Inició su faena de muleta de rodillas, al hilo de las tablas, para luego ligar una tanda por el piton derecho, con buen temple. Al mediar la segunda tanda recibió una voltereta. A partir de ahí, el toro desarrolló sentido y peligro. Desplantes y efectos especiales de la casa fueron el epílogo de la faena. Mató de estocada trasera y tendida.
Delante del sexto más o menos fue la misma tónica de toro y torero, Un toro que se queda corto y un torero ávido de triunfo. Remató la faena con manoletinas ajustadas. Despachó al toro después de varios viajes.
El rejoneador José Luis Rodríguez estuvo lucido en el tercio de los rejones. Colocó hasta cutro de castigo en buen sitio a un toro con tranco, recorrido, y nobleza, y al que logró templar sus embestidas, con sus caballos. Lucido en banderillas, destacó en la suerte del violín y en la suerte de la rosa. A la hora de matar lo hizo de un certero rejonazo y unificó el criterio del público en la petición de trofeos y le concedieron dos merecidas orejas.