La torera malagueña Mari Paz Vega cortó la única oreja de la histórica tarde celebrada en la Plaza Monumental de Playas, en Tijuana, última de la temporada, pues nunca antes habían partido plaza tres matadores en este redondel fronterizo.
Mari Paz le cortó el apéndice al corrido en cuarto lugar, con el que anduvo dispuesta con el capote, logrando buenos momentos al torear a la verónica; hizo un quite por chicuelinas que fue agradecido por el público. Con la muleta logró buenos momentos, sobre todo al torear por el pitón izquierdo, realizando muletazos suaves y templados.
Mari Paz insistió en hacer una faena derechista, y si bien es cierto pegó algunos muletazos buenos, estos fueron aislados. Mató como de costumbre, dejando una estocada entera en buen sitio; el público solicitó la oreja y la autoridad la otorgó. El toro fue premiado con arrastre lento.
Con su primer astado, la torera había ando con disposición pero la falta de fuerza del toro hizo que cortará por lo sano y fuera pronto por la espada.
Hilda Tenorio vivió dos embestidas opuestas. Con su primero nada había que hacer debido a su mansedumbre y debilidad. Con su segundo, de la vacada de San Lucas, Hilda lo dejó crudo en los caballos y pasó fatigas con el. El toro fue como la mayoría que salen de esa casa, tenía casta y temperamento, y si bien es cierto, la torera le plantó cara y se puso en el sitio de las cornadas, no logró hacer el toreo relajado y de buen gusto.
Desafortunadamente se tiró a matar sin pasarse al rabo de toro, quedándose en la cara del de San Lucas, el cual se hizo hilo y le pegó una paliza de la que por fortuna, tan solo salió con golpes. La española Mari Paz Vega mató el toro por Hilda, la cual después de salir de la enfermería dio una vuelta al ruedo entre fuertes ovaciones.
La corrida de Pepe Garfias, salió muy débil y apagó lo que pudo ser una gran tarde de toros. Para desgracia los dos toros más débiles del encierro fueron los que le tocaron en suerte a Lupita López, que poco tenía que hacer ante el primero, con el que fue aplaudida, y con el sexto, otro marmolillo, tan sólo pudimos ver buena disposición y ganas de triunfar.