Los jóvencitos hidrocálidos Diego Sánchez y David Adame sacaron la casta en el tercer festival de becerristas en la Plaza Arroyo y cortaron una oreja cada uno, emocionando al público con estilos tan diferentes como entregados, demostrando avances en su tauromaquia.

La labor más completa la realizó David, hermano menor de Joselito Adame, pues bien estuvo con capote, banderillas y muleta. Un precioso quite por zapopinas comenzó a calentar al tendido, que se le entregó totalmente al dejar las banderillas en todo lo alto.

Y así, el alumno de la Escuela de las Artes y el Toreo, comenzó por alto su faena, notándose tranquilo y con la difícil facilidad de pensar en la cara del ejemplar. Asentado, se dio a correr la mano con temple, aprovechando las nobles embestidas del de Caparica, y desmayando elegantemente la muleta en los remates.

Un asolerado trincherazo desgranó el júbilo en el tendido y, aunque el astado no tenía un buen lado izquierdo, lo intentó por ese pitón y consiguió un par de naturales de bella rúbrica. Pronto volvió a tomar la sarga con la diestra, pero la cosa vino a menos dado que el ejemplar se rajó.

Quieto se quedó en las manoletinas que pusieron punto final a su faena, rematada con una fulminante estocada que hizo rodar sin puntilla a su enemigo. La petición fue mayoritaria y, muy sonriente, paséo el trofeo en la vuelta al ruedo.

Diego Sánchez, hijo del matador Luis Fernando Sánchez y alumno de la otra escuela de la ciudad, la Academia Municipal de Aguascalientes, tuvo una labor muy interesante delante del eral que le correspondió, al que le recetó pases de una gran calidad.

El de Caparica llegó crudo al tercer tercio y, aunque humillaba, salía suelto en algunos momentos, o bien, volvía muy rápido a los engaños. Diego instrumentó muletazos bellísimos, llenos de temple y mostrando el concepto artístico que posee.Y así, aunque un tanto aislados dadas las condiciones de ejemplar, bastaron para causar una muy grata impresión.

Luego de un par de volteretas, afortunadamente sin consecuencias, terminó de un rotundo estoconazo para que le fuera concedida una oreja, trofeo bien ganado para este fino torero.

El regiomontano Jesús Torres "Jesusín" tuvo una actuación muy meritoria, pues es bajito y el astado que enfrentó lo superaba en estatura. Este ejemplar, suelto durante toda su lidia, le complicó las cosas al norteño, que le echó valor y plantó cara con gran categoría.

La faena fue sobre piernas, pues incluso la muleta era muy chica para la catadura del ejemplar, pero el publico le coreó fuerte a este chaval que se entregó. Y como era lógico por las proporciones entre toro y torero, le fue imposible acertar con el acero, de tal forma que después del primer pinchazo se tomó la determinación de regresar al eral a los corrales. Al final, Jesusín dio la vuelta al ruedo.

Arturo Delgado "Panita" abrió plaza y enfrentó a un astado que, al igual que a la postre con sus hermanos, llegó crudo al tercer tercio. Y es que hay que decir que la puya utilizada prácticamente no hizo sangrar a los ejemplares. Y así, con mucha fuerza y revolviéndose en un palmo de terreno, el ejemplar no le sencillo el panorama al leonés.

Sin embargo, Panita demostró que está toreado y tiene sitio, pues resolvió la papeleta con aparente facilidad, sin meterse en aprietos, aunque no pudo lucir como hubiera querido para hacer ese toreo largo y templado.