La entrega es la salsa del toreo (video)
Domingo, 01 May 2011
Aguascalientes, Ags.
Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda
Zotoluco acarició la puerta grande con un toro de regalo
La novena corrida de la Feria de Aguascalientes tuvo pasajes vibrantes y la gente, que llenó la plaza por primera vez en el ciclo, salió contenta de la monumental después de presenciar la pundonorosa actitud de Zotoluco y el carácter de Juan Pablo Sánchez, que le pusieron la cereza al pastel en el tramo final del festejo.
Porque si la faena más serena y despaciosa de la tarde había corrido por cuenta de Sebastián Castella, que estuvo bien delante de un toro noble y con clase de Bernalo de Quirós, al que le cortó dos orejas, las circunstancias obligaron a sus compañeros de cartel a sacar la casta por México y por ellos mismos, cada uno con su estilo y en el momento que atraviesan sus respectivas carreras, pues mientras Zotoluco intenta mantener su sitio, Juan Pablo quiere abrirse camino a codazos.
Y los fallos a espadas de los dos les impidieron redondear mejor sus respectivas actuaciones, ya que de haber matado bien, Juan Pablo hubiera cortado un total de cuatro orejas, mientras que Zotoluco también le hubiera tumbado dos al toro de regalo. Esa foto de la hipotética salida a hombros juntos, se quedó en la mente de los dos.
Juan Pablo Sánchez había estado francamente bien delante del tercero, un toro exigente al que pisó terrenos comprometidos para sacarle pases templados. Y poco a poco fue metiendo al toro en el canasto a fuerza de someterlo con mucha seguridad en todos sus procedimientos. La gente ve con agrado al vástago del empresario Ricardo Sánchez, que hoy cumplía 29 años de haberse doctorado, y lo alentó aún más hacia el final de una faena emocionante que terminó de una estocada delanterilla y caída que echó por tierra sus aspiraciones de tocar pelo.
Pero más tarde tuvo oportunidad de sacarse la espina con el sexto, el toro más hecho de la corrida, que comenzó embistiendo muy bien y después se fue rajando y se refugió en el terreno de las tablas. Ahí le plantó cara Juan Pablo decididamente en una faena estrujante porque se jugó la voltereta.
El toro se frenaba, aunque con nobleza, y probaba al torero, que se quedó más quieto que un poste e hizo pasar al de Bernaldo de Quirós alrededor de la faja en muletazos de alta tensión. En un exceso de confianza, fundamentada en el aguante y la raza, intentó un muletazo cambiado por la espalda y el toro le dio una fuerte voltereta de la que salió ileso. Y así, sin mirarse la ropa, regresó al toro hecho un jabato para seguir en la línea de fuego.
Dos inoportunos pinchazos, que precedieron a una buena estocada, le impidieron alcanzar su segunda puerta grande en esta plaza, y a pesar de ello le concedieron una oreja que se pidió con fuerza y minutos después fue protestada por su sector del público.
Estas contradicciones a veces tan reaccionarias, pueden estar fundamentadas en la diversidad de criterios existentes en una monumental en tardes como ésta, cuando hay mucha gente en la plaza que busca echar relajo y divertirse con todo, hasta con la mentadas de madre al juez de plaza, así no vinieran a cuento.
Zotoluco apostó por el toro de regalo que, en un principio, iba a ser del hierro titular, pero más tarde, sus apoderados tomaron la decisión de que el toro elegido fuera de Teófilo Gómez. Y en las primeras de cambio aquello pareció un despropósito, pues el público había estado hostil con Eulalio, y el toro que salió por toriles embestía distraídamente y se escupía de las telas en cada lance.
Pero después de picado, el de Teófilo Gómez comenzó a embestir con ritmo y transmisión y Zotoluco le hizo una faena muy emocionante, esforzada y con mucha garra, que acabó por convencer a la concurrencia.
Los redondos, los martinetes y los cambios de mano, sobre todo éstos últimos,
tuvieron reciedumbre y la gente los coreó con ímpetu, en un trasteo de un excelente nivel técnicp que no pudo rematar debidamente con la espada, pues pinchó en una primera ocasión antes de colocar una estocada en buen sitio que hizo doblar al de Teófilo Gómez con prontitud.
Una oreja de ley fue a parar a manos de Zotoluco, y aquello supuso una especie de tanque de oxígeno para el torero de Azcapotzalco, pues daba la impresión de que sería su primera feria que se iba a ir en blanco.
La actuación de Sebastián Castella discurrió sin la intensidad de otras tardes, y aunque es verdad que a ese primer toro de su lote lo toreó por nota, y le hizo cosas de excelentes, como un par de series de naturales y algunas dosantinas de consumado temple, al final se echó en falta más entrega de su parte delante del quinto, un toro que exigía que el torero lo provocara para embestir.
Y Sebastián se gafó muy pronto, cuando la ola apareció en el tendido, y el público se había desentendido de una faena sin chispa que no estaba en concordancia con la gran expectación de la gente.
Al final resultó muy interesante ver la labor de Zotoluco y de Juan Pablo Sánchez, dos toreros de generaciones distintas y distantes, pero con el mismo denominador: la entrega, ésa que nunca puede faltarle a un torero, y menos en una tarde como ésta, cuando la plaza luce a reventar.
Ficha Aguascalientes, Ags.- Novena corrida de feria. Lleno en tarde calurosa. Toros de
Bernaldo de Quirós, parejos en hechuras y de correcta presentación, pero juego desigual. Destacó el 2o. por su calidad. Y un toro de regalo de
Teófilo Gómez (7o.), que fue bueno. Pesos: 494, 475, 480, 481, 557, 512 y 467 kilos.
Eulalio López "Zotoluco" (tabaco oscuro y oro): Silencio en su lote y oreja en el de regalo.
Sebastián Castella (tabaco claro y oro): Dos orejas y silencio.
Juan Pablo Sánchez (azul turquesa y oro): Silencio y oreja con algunas protestas.
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