Los matadores Antonio Barrera, Humberto Flores y Juan Chávez cortaron una oreja por coleta durante la primera corrida de la Feria de Autlán de Navarro, en la que también actuó el rejoneado Diego Ventura que se solamente fue ovacionado.

Fueron los diestros de a pie quienes ésta tarde sabatina se cargaron la espuerta con premios, pues el rejoneador portugués se fue de vacío durante su presentación en la pintoresca localidad jalisciense de Autlán de la Grana, y su tradicional Carnaval.

Tarde en la que el viento hizo su acto de presencia y colaboró para complicar la labor de los diestros, quienes se llevaron cada uno en el sorteó un ejemplar complicado y otro manejable, con el que pudieron rescatar sus actuaciones.

El primero en tener que lidiar con el ventarrón y las complicaciones de los bureles potosinos fue Flores, pues el segundo de la tarde  fue soso y le pesaron los kilos. Y aunado a las ráfagas de viento que ondeaban la muleta del jalisciense, la faena no tuvo mayor trascendencia, por lo que el público se metió con el diestro y éste en silencio al callejón.

Con su segundo, corrido en sexto lugar, el torero de Ocotlán se empleó en su afán de agradar y tras recibir con largas cambiadas se impuso con la franela a los remolinos que molestaron su quehacer, pero con un toreo variado y enjundioso logró apaciguar un tanto los reclamos del respetable.Con un certero estoconazo despachó al toro y el juez, Javier Medina Brambila, correspondió a la petición con una oreja en premio.

El sevillano Barrera fue el primero en tocar pelo. Con el tercero de la tarde, se lució con el percal al torear a la verónica y rematar con salero.Ya con la muleta, el ibérico también se tuvo que sobreponer al peor enemigo de los toreros y cuajó una faena básicamente derechista, ante un astado que si no tuvo peligro, solo permitió sin mayores cualidades que Barrera luciera. Mató de tres cuartos efectivos y paseó ante los autlenses una oreja.

Con su segundo, que hizo séptimo, el español tuvo que torear más al viento que al toro y, entre el intento básicamente derechista y una estocada en buen sitio, se retiró escuchando petición de oreja que no se concedió y se convirtió en ovación.

Juan Chávez electrizó con su quehacer a la afición autlense al final de la fiesta, luego de que son su primero regresó al callejón entre silencio, pues nada pudo rescatar ante el más malo del encierro.

Pero con el lidiado en octavo lugar, el mejor de la corrida, el michoacano se entregó a su quehacer y se confió de las embestidas bondadosas y se prodigó desde con el capote en un ceñidísimo quite por gaoneras. Desde ese momento llamó la atención del público que siguió con algarabía la faena del moreliano.

El joven diestro ejecutó pases de todas marcas, pero relajado, encajado en los riñones hasta en los momentos más tremendistas de su faena. Sufrió una fuerte maroma al entrar a matar y apenas repuesto de la conmoción volvió para despachar a su potable enemigo de una certera estocada que le valió la merecida y justamente otorgada apéndice que paseó en dos ocasiones sobre el ruedo.

Ventura, que lidió dos ejemplares de Garfias, malogró con  los rejones de muerte dos faenas de calidad, completas, que fueron del agrado de los presentes. Con su primero, que fue ligeramente protestado por su trapío, el portugués se lució montando a "Chocolate", "Nazari" y "Ginés", con dos rejones de castigo, tres banderillas largas y los adornos con las cortas, respectivamente.

Con su segundo, que salió en cuarto turno, Ventura emocionó especialmente cuando montando al mordelón "Morante" armó el alboroto en el graderío. Luego de dos rejones de castigo, cuatro banderillas y dos cortas, Ventura clavó dos rosas al violín; el tendido fue la locura.

A pesar de clavar un rejón de castigo en buen sitio, el astado se amorcilló y Ventura recurrió al descabello, pero falló en tres ocasiones, para finalmente agradecer la ovación en el tercio.