Una corrida triunfal que se saldó con el corte de cinco orejas repartidas entre los tres alternantes y buenos dividendos para la ganadería de La Punta, fue protagonizada por el diestro Joselito Adame en la plaza de toros Mérida, merced a dos faenas macizas que lo confirman como uno de los jóvenes más promisorios de nuestra torería.

El cartel anunciado por la empresa meridana, de corte juvenil, atrajo a los aficionados a los tendidos en tarde apacible, en la que Adame se mostró con escuela y notables avances para cuajar faenas que albergan esperanzas y lo catapultan entre los que pueden figurar esta misma Temporada Grande, en la capital del país, para la que, incomprensiblemente, aún no ha sido contratado.

Segundo en el orden, Adame se topó con un toro tardo, pero de buen estilo y con el que tuvo el mérito del aguante en el momento clave de su trasteo, hasta hacer romper al de La Punta para una faena emotiva, con estructura y fondo que, insistimos, lo asoma como uno de los toreros de nuevo cuño más cuajados, con avances sustantivos, por lo que fue una pena que no coronara dicho trasteo con la espada.

Con su segundo, hiló una faena alegre y completa. Se gustó con el capote en el toreo a la verónica y vistosas zapopinas, floreando el capote de frente y sacándose al toro por un costado, ante el contento general.

Tras vistosos pares de banderillas, Joselito dio paso a una faena con solidez y elegancia, prestancia y entrega, refrendando el bueno momento por el que atraviesa. Ahí quedaron los derechazos largos y sentidos, jaleados hasta más por el público. Como mató a la primera, le entregaron las orejas.

El primera espada, Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea", también gozó de la entrega de los aficionados tras su labor con su segundo, a ese sí con una labor con estructura, buena planta y gusto, aprovechando la nobleza de su antagonista, por lo que le sonaron la música desde las alturas. Con la gente de su lado y prácticamente las orejas en la espuerta, hubo de rumiar su coraje tras despachar al tercer viaje, por lo que todo quedó en aclamada vuelta.

Con su primero, un toro incómodo, apenas y cumplió, por lo que hubo de esperar hasta el toro de regalo, también de La Punta, para poder hacerse de una oreja. Una labor tesonera ante un toro flojo, que poco se prestó para florituras, mas lo mejor fue la espada. Una media en la yema, como dirían los antiguos que hizo rodar a la res patas arriba, por lo que el juez Adrián Flores ni se la pensó para premiar con el apéndice.

Octavio García "El Payo" cuajó destacada faena a un toro de incansable recorrido, con sobresaliente nota en el rubro de la nobleza, pero al que hubo que ayudarle siempre toreándole a media altura para una labor de subido nivel. Sobresalieron los derechazos y naturales tersos, de buena factura. También se gustó en los molinetes, trincherillas y una dosantina caminando, que fue una pintura. Una faena de dos orejas que; no obstante, fueron entregadas de manera errada por el juez de plaza, tras una estocada caída, por lo que los aficionados le protestaron. Dicho criterio, también debió ser utilizado en la labor de triunfo de Adame pues su estocada también se fue abajo, más ya se había trazado el rasero de premios.

Por lo que toca a la ganadería de La Punta, se debe destacar que envió un encierro por demás bien presentado, todos los toros cumpliendo bien al caballo, destacando tres de ellos por su extrema nobleza, por  lo que sacaron al ganadero a saludar tras el triunfo de El Payo y al final por volandas junto con los toreros.