Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea" debutó en la monumental de Zacatecas con el pie derecho, y cortó la única oreja concedida a lo largo de una tarde donde Zotoluco estuvo centradísimo e Israel Téllez muy dinámico con los toros de Armiillita Hermanos que nos quedaron a deber.
Por principio de cuentas habría que apuntar que Eulalio López "Zotoluco" sorteó un lote muy interesante en cuanto a juego y hechuras se refiere, pues el que abrió plaza era un toro negro, llamado "Mexicano", quizá una vieja reminiscencia de aquella famosa familia de vacas "mexicanas" de Mimiahuápam que crió don Luis Barroso Barona cuando era dueño de esta casa ganadera, hoy día, y desde hace casi cuarenta años, en manos de don Alberto Bailleres.
Y es que era negro, enmorrillado, cornidelantero y de lustroso pelaje, que recordaba a esos toros de Mimiahuápam que tan definido tipo tenían, procedentes de la otra línea de sangre española del Conde de la Corte que mantuvo y definió perfectamente don Luis, siguiendo y definiendo la línea de un toro número 62, de nombre "Emperador", que marcó una de las tres ramas fundamentales de Mimiahuápam, conjuntamente con los famosos "Cominito" y "Pardito", del hierrro de San Mateo, de puro origen Saltillo.
Pues bien, ese toro que abrió plaza tenía un pitón derecho aceptable, y por el izquierdo le pidió el carné a Lalo, que se la jugó una y otra vez sin miramientos, en pasajes donde la voltereta estaba cantada. Sin embargo, porfió hasta de más por el lado complicado y la gente, aún fría, no terminó de entrar en una faena sólida y valiosa. Mató de una estocada entera, un tanto desprendida, y no le concediero la oreja, a pesar de la fuerte petición del público.
El cuarto era muy bonito, y estaba más en tipo de De Santiago tenía las palas hacia atrás y un tanto tableadas, una característica morfológica que don Javier Garfias definió mucho en sus vacas. Y con este tipo, porque además era reunido y agradable de hechuras, no falló y fue el más potable del encierro.
Zotoluco no escatimó esfuerzo por triunfar y, de nueva cuenta, toreó con pausa y valentía; claridad de ideas y temple, en un trasteo que el público ahora sí aquilató de principio a fin. A la hora de matar colocó tres cuartos de espada en buen sitio, y requirió de varios golpes de descabello para enviar al morito al destazadero. Ahí dejó escapar otra oreja que tenía, prácticamente, en la espuerta.
El Capea debutó en la monumental de cantera rosa con el pie derecho, ya que, a base de valor y entrega, la arrancó un apéndice al tercero, un toro cárdeno, fino de cabos, de pitones blancos, que fue sosito y noble. Ante aquellas medias embestidas, Capea desplegó colocación y temple en una faena maciza que fue creciendo a la par que el salmantino imponía su oficia. Y así, metido entre los pitones, extrajo pases de valía. Mató de una estocada entera y trasera que hizo doblar al toro sin puntilla y se le concedió el anhelado trofeo.
El sexto era un toro bajo y acucharado de pitones que se lastimó al clavar un pitón en la arena. El batacazo que se dio, de costado, le destroncó el cuello demasiado y apenas y tuvo fuelle en la muleta del salmantino, que no se aburrió pronto y trató de sacarle provecho en una faena que no trascendió.
Israel Téllez sorteó el lote más disparejo de hechuras y comportamiento, compuesto por un primer toro de infrecuente capa en esta casa: berrendo en castaño, alunarado, botinero y capuchino, que no agradaba a las cuadrillas por la mañana. Y llevaban razón, pues aquel toro tan "pintado" desarrolló sentido casi desde su salida y no tuvo opción el de Uriangato para lucir, por más que lo intentó con capote, banderillas, muleta y espada. Las cosas comenzaron mal para Téllez que venía de triunfar en Arles.
Pero se sacó la espina en el quinto, un ejemlar cardeno claro, nevado de los cuartos traseros, hondo y con kilos, que fue noble y tenía voluntad de embestir, pero sin estar sobrado de fuerza y casta. No obstante, Téllez se empeñó en triunfar y si no lo consiguió fue porque el juez Carlos Ibargüengoitia no accedió a conceder la oreja, sin calibrar que la gente la pidió con insistencia.
La faena fue intermitente ya que el de Armillita Hermanos no repetía las embestidas, y hubo de echar mano de sus recursos para hacerle fiestas en medio de la pasividad de un público que despertó hacia el final de una trasteo variado que rubricó de una estocada entera, trasera, y eficaz.
Zacatecas, Zac.- Quinta y última corrida de feria. Menos de media entrada en tarde nublada, con intermitente y ligerísima llovizna que no llegó a molestar. Toros de Armillita Hermanos, parejos en tipo, y con hechuras para embestir, pero de escaso juego en su conjunto, salvo el 4o., que tuvo mayor duración: Pesos: 484, 456, 495, 490, 525 y 490 kilos. Eulalio López "Zotoluco" (purísima y oro): Ovación tras petición y vuelta tras aviso. Israel Téllez (azul celeste y oro): Silencio y ovación con aviso, tras petición. Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea" (azul rey y oro): Oreja y palmas. Destacó en varas Salomón Azpeitia y Fernando García con las banderillas.