Uriel Moreno "El Zapata" cortó tres orejas la tarde de este sábado en Tlaxcala y se convirtió en el máximo triunfador de la corrida, saliendo en hombros, mientras que Zotoluco paseó un apéndice y Aparicio fue ovacionado.

Una de las características de El Zapata es que siempre sale dispuesto a dar espectáculo, y eso aunado al sitio que ha adquirido se traduce en triunfos como el de esta tarde, en la que se echó a la espuerta tres auriculares.
 
Aunque no siempre el toro más bonito es el mejor, esta vez sí lo fue el berrendo en castaño, lucero y calcetero lidiado en quinto lugar. Uriel lo toreó soberbiamente a la verónica rematando con sorpresiva larga de rodillas.
 
Medido fue el castigo para que pudiera lucir en banderillas y más tarde en interesante faena derechista que inició con el imposible en tablas y anteponiendo a las series un cite o muletazo vistoso; sin  apresurarse preparó la suerte suprema, dejando otro estoconazo ahora desprendido que no impidió la concesión de dos orejas.
 
Variado recibimiento dio Uriel con la capa a su primero, realizando tafalleras de gran temple y chicuelinas ajustadísimas, cerrando con remates diferentes cada vez; citó al compás de "España Cañí", para cuajar su Par Monumental que ya lo tiene muy hecho logrando un gran tercio de garapullos.
 
Durante su labor de muleta tuvo que tirar del burel pues no le iba con prontitud, no obstante lo toreó bien por ambos lados, y cuando hubo necesidad de llevarlo a otro terreno para darle muerte, lo hizo con muletazos de tirón mostrando su oficio; la estocada fue de impecable ejecución para ser premiado con una oreja y petición ligera de la otra.
 
Enlotaron a los dos bizcos y fueron a parar a manos de Zotoluco; el primero fue un colorado que provocó un tumbo en el encontronazo, tuvo fijeza y recorrido; el diestro sin atosigarlo le ligó naturales y ayudados con toques precisos y trazo templado, incluyendo dosantinas y algún desplante. Dejó la espada un tanto abajo llevándose la primera oreja.
 
El cuarto fue un listón bizco del derecho noblote, con el que Eulalio logró una primera parte del trasteo con temple y ligazón; pero luego cuando el sol apareció, lo mismo pedía música que la mandaba callar, o intercalaba algún desplante que por lo visto ha añadido a su repertorio; pinchó dos veces antes de dejar el acero en el rinconcito, fue llamado al tercio para agradecer la ovación.
 
Con bonitos lances de capa Christian Aparicio recibió a su primero pasándolo con un puyazo; superó la poca acometividad del morito afanándose en agradar con muletazos muy bien ejecutados. En la suerte suprema siempre se tiró arriba pinchando hasta en cuatro ocasiones antes de hundir el acero, se retiró entre palmas de aliento.
 
Poco hizo con el capote en el sexto, muleteando con buenos procedimientos y acompañando bien con la cintura mostrándose desenvuelto, aunque su trasteo no alcanzó la intensidad deseada; tras un pinchazo logró la estocada en buen sitio y le sonaron nuevamente las palmas.