Una multitud se sentimientos de agolpan en Salvador López, pues está contento por lo realizado ayer en el ruedo de La México, pero al mismo tiempo tiene coraje por no haber estado fino con el estoque y privarse de un triunfo grande.
-¿Cómo viviste la tarde de ayer?
-Fue una tarde de sentimientos encontrados, una novillada que creiamos que no iba a celebrarse, por la lluvia y las malas condiciones del ruedo. Sin embargo decidimos tirar hacia adelante y afortunadamente fue una muy buena tarde para mí, salvo por la espada, que tengo que seguir entrenando muy duro, pues no puedo perder triunfos como el de ayer.
-Vimos una evolución positiva en tu tauromaquia, ¿a qué se debe?
-Yo creo que se debe al trabajo diario, el estar todos los días en los Viveros y centrarte en la vida, decidir tu futuro y pensar todo el día en el toro. Un parteaguas en mi toreo ha sido Fernando Jiménez, que me ha ayudado mucho a desarollar mejor mi concepto y cimentarlo.
-¿Cómo fue ese segundo novillo?
-Muy serio y bien presentado, y desde que me abrí de capa sentí que el novillo tenía muy buen son, embestía muy despacio y terminó por romper an la faena de muleta.
-¿Y tu faena?
-Incié con estatuarios y ah fue donde el novillo se fue para arriba y rompió, lo que me ayudó a romper también a mí. Por primera vez en mi vida sé lo que es sentir realmente el toreo, en el sentido de romperte con un toro. Por ello me dolió mucho pincharlo y hasta se me salieron las lágrimas.
-Lágrimas producto de una multitud de sentimientos...
-Sí, exactamente, porque por un lado me emocioné mucho al estar toreando, ver la reacción de la gente y la entrega, pero por otro me dio mucho coraje no haber podido matarlo bien, no no haber podido salir a hombros, que era mi mayor ilusión.
-¿Qué te decían Luis Conrado y Manolo Olivares cuando estabas llorando en la barrera?
-Me decían que levantara la cabeza, pues era un torero y había estado yo muy bien. Ellos son dos grandes amigos, dos grandes compañeros, y la verdad fue algo muy bonito que, aunque en el ruedo salimos por lo nuestro, nos apoyamos; eso me dio mucha moral.
-¿En qué pensabas cuando te diste cuenta que ibas eslabonando esa faena?
-En la puerta grande, sin duda, estaba pensando en cumplir por fin ese sueño. Empecé a sentir esa emoción y la gente también, de verdad que es una emoción indescriptible.
-¿Cómo sentiste la entrega de la gente?
-Es una cosa enorme, bien dicen que esta plaza es la que da y quita, y cuando da, lo hace a manos llenas. Me quedo con la entrega del público, es algo que no tendría palabras para describir y me ha llenado mucho.
-¿Qué sigue por delante, volverás pronto a La México?
-Sí, ojalá que la empresa me vuelva a tomar en cuenta para actuar en esta misma temporada. Tengo también, el 7 de agosto, la novillada de triunfadores en Torreón, donde el pasado sábado igual perdí las orejas por pinchar.
-¿Algún mensaje para la afición?
-Agradecerle el apoyo que me brindaron ayer y todas las muestras de cariño que tuvieron conmigo. Y claro, darle también las gracias a ese público por haber aguantado la lluvia y el frío, quedándose en el tendido para ver la novillada.