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Gilio corta la única oreja en Monterrey

Viernes, 17 Feb 2023    Monterrey, N.L.    Martín Banda | Foto: Toño Ortiz          
El lagunero destacó durante la noche de despedida de El Bala
Acostumbrados a ver despedidas que dejaron huella de los toreros de la tierra, como la de Manolo Martínez en 1982, las de Eloy Cavazos en 1985 (por enfermedad) y la definitiva en 2008, o la de Hernán Ondarza en 2017, esta noche la de Juan Antonio Adame "El Bala" ha sido, por mucho, la más desangelada, triste y, hasta injusta que hemos vivido.

Eso sí, fiel a sus principios, fue una despedida honesta, cabal y de entrega. A sus 39 años, en plenitud física, y a pesar de no haber hecho campo para prepararse, Adame cumplió con profesionalismo su última noche vestido de luces, y no obstante que el juego de sus toros de la ganadería de Bernaldo de Quirós no se prestaron para su lucimiento, el torero regiomontano no echó culpas a nadie.

"No hay por qué quejarse, ni por qué llorar. El esfuerzo ahí quedó, cuando no se puede, no se puede", fue su lacónico mensaje al final de la función. Y vaya que el frío de 5 grados centígrados caló en los huesos de todos los ahí reunidos y, por si fuera poco, hasta el viento, se encargó de poner su parte durante la noche que abrigaba una gran expectativa e ilusión.

El ganadero Javier Bernaldo tenía puesta mucha ilusión en sus ejemplares que, dijo, formaban parte de la última camada que quedó de esos años de la pandemia. Fue una pena que no dieran el juego esperado por los toreros y la afición, pero como dijo Adame, "así es esto".

Así, en su primero, Adame saludó brevemente de capote a "Orujo", y tras brindar al público intentó con esfuerzo sacarle partido en el último tercio, lidiando al toro y al viento al mismo tiempo. Faena insípida, que supo a poco. De media ración de acero dobló el astado y el torero escuchó palmas.

El segundo de su lote, cuarto del festejo y último de su trayectoria de casi 200 corridas en 20 años, de nombre "Cielo Gris", marcado con el número 538 y con 486 kilos, tuvo una salida alegre, que animó al diestro a ir a por todas. Con una larga de hinojos y verónicas a pies juntos quiso enderezar la noche.

Después del puyazo el toro se vino a menos, dobló los remos en un par de ocasiones y para la muleta no estuvo dispuesto a cooperar con el matador. Un pinchazo, un cuarto de estocada y un descabello, fueron el final para el de Bernaldo.

Ni tiempo hubo para que el maestro de la banda de música preparara la batuta para dirigir un paso doble o dedicarle "Las Golondrinas" a Adame. Cabizbajo y contrariado, se retiró al callejón, pero su público, ese que lo animó siempre a dar el do de pecho ante la ausencia de figuras regias, sí lo supo premiar.

Una salida al tercio con cerrada ovación y luego la merecida y justa vuelta al ruedo, ahora sí, bajo las tristes notas del himno de la despedida, rubricaron la carrera de El Bala, quien, como lo había adelantado, no se cortó la coleta al final de su actuación.

Y de ahí al hotel, para descansar unas cuantas horas antes de emprender por la madrugada el vuelo a la Ciudad de México, para seguir luego por carretera a Tlaxcala, donde este sábado reanuda su etapa como representante de Leo Valadez, quien por cierto, también vino a Monterrey para acompañarle en esta noche especial de su vida torera.

Andrés Roca Rey regresó ante los regios luego de casi seis años de ausencia, pero su esfuerzo, como el de Adame, también valió poco. Salvo el quite por chicuelinas al primero de su lote, y más adelante unos muletazos, sin transmisión para calentar el frío ambiente, era como transcurría hasta entonces su anhelada reaparición en este coso.

Todo fue que ejecutara unos cambiados por la espalda en el último tramo de la faena, que el letargo por fin se disipó y rompió a más en los naturales y las series de dosantinas que ligó. Lástima que a pesar del buen estoconazo que ejecutó, el toro no dobló y se esfumó la posibilidad de obtener una oreja.

Su segundo toro no traía nada, por lo que el peruano, después de intentarlo, desistió y ante la solicitud del público que pedía abreviar con la faena, lo cumplió. Escuchó un aviso por sus fallos con la toledana.

Arturo Gilio, que se presentaba como matador en esta plaza, corrió con mejor suerte. Su lote fue el que más prestaciones de lucimiento le dio y el lagunero no las desaprovechó. Enjundioso y con el espíritu guerrero que caracteriza a los toreros de Torreón, el joven matador cayó de pie ante la afición regia, que le jaleó los muletazos por ambas manos. Mató de estocada desprendida, pero por petición mayoritaria se le concedió la oreja.

El cierra plaza fue en definitiva el toro del encierro, por su presencia y movilidad en el ruedo. Con una oreja del anterior en su espuerta, Gilio buscó afanosamente la Puerta Grande.

Bien de capote, él mismo cubrió el segundo tercio e inició vibrantemente su labor, de hinojos en la arena. Fue una faena de tandas cortas y templadas, con aire fresco que motivó a la galería. Pero, cuando ya tenía las orejas ganadas, fue una pena que la espada le jugara una mala pasada, y después de cuatro intentos y el descabello, se retirara enrabietado, tras escuchar un aviso.

Así, con más pena que gloria comenzó la temporada regia que pinta para más y mejores emociones en fechas próximas. Ojalá así sea...

Ficha
Monterrey, N.L.- Plaza Monumental "Lorenzo Garza". Primera corrida de la temporada. Tres cuartos de entrada en muy fría y con intermitentes ráfagas de viento. Toros de Bernaldo de Quirós, correctos en presentación y escaso juego en general, de los que se movieron más 3o. y 6o. Pesos: 482, 504, 510, 486, 522 y 497 kilos. Juan Antonio Adame (mercurio y oro): Palmas y vuelta. Andrés Roca Rey (cielo y oro): Palmas y silencio tras aviso. Arturo Gilio (grana y oro): Oreja y Silencio tras aviso. Incidencias: Sergio Molina destacó en varas tras una buena vara al 2o. La empresa reconoció a Juan Antonio Adame quien se despidió de los ruedos tras 20 años de alternativa. Al finalizar el paseíllo se rindió un minuto de aplausos a la memoria del matador Mario Escobedo "El Regio", el novillero Juan Pablo Cabrera y Juan Arturo "El Pollo" Torres Landa, fallecidos recientemente.


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