Arturo Saldívar se convirtió en el máximo triunfador tras cortar sendas orejas durante la última tarde de la Feria del Caballo de Texcoco, una corrida donde Gerardo Adame cortó un apéndice al segundo ejemplar de su lote y José Garrido que estuvo esforzado.
Tras el indulto de "Amor Infinito" en la monumental de Aguascalientes, Saldívar continuo con buena racha, al son del pasodoble "Silverio Pérez" ejecutó una tanda de derechazos que abrochó con un martinete al primer astado de la tarde.
Entre ovaciones Arturo realizó tres molinetes, para proceder a una tanda de naturales que adornó con un forzado de pecho, para prepararse a matar, con un acero certero, mismo que fue aplaudido por los presentes, provocando que se ondearan los pañuelos blancos.
Arturo le pegó al cuarto ejemplar de Marrón un cárdeno, paliabierto, unos cadenciosos lances a la verónica con rodilla en tierra para rematarlos con una revolera, mismos que fueron acompañados con los aplausos del público entreverados con los acordes de "Pelea de Gallos" al fondo.
Con un público atento y ameno, bajo un clima envidiable en comparación con las otras tardes, ejecutó un molinete de rodillas, mismo que fue bien recibido por la afición, el cuarto terminó aplomado, Arturo mató con una estocada eficaz que le valió un segundo apéndice.
El diestro corrió contento hacia los medios, posteriormente se agachó y con la mano derecha cogió un puño de arena, mismo que besó. El alguacilillo le entregó la segunda oreja de la tarde a Saldívar, quien dio una vez más vuelta al ruedo.
Un sector de la afición presionó a Gerardo Adame, quien portaba un diminuto moño negro prendido de su manga derecha, para que mostrara su arte. Por lo cual el hidrocálido, con el segundo de su lote, abrió capa con una tanda de verónicas que abrochó con una revolera.
Más adelante logró conectar con el público luego de que en los medios le aventó la montera al de Marrón, mismo que embistió y le hizo un vistoso quite por chicuelinas que remató con una revolera.
La misma suerte que el cuarto, corrió el quinto, se aplomó, por lo cual Gerardo aliñeo la faena, lo toreó de pitón a pitón y con una estocada de efectos se hizo merecedor a una oreja y dio una emotiva vuelta al ruedo.
Al segundo de Marrón, Gerardo lo esperó con la pañosa pegado a tablas, con el pie izquierdo en el estribo, para pegarle un muletazo largo, el cual que fue coreado con: "¡Olé!", así mismo, le fueron reconocidos los pases por alto que ejecutó y adornó con un desdén. En la suerte máxima, en el primer intento se le flambeó el acero, situación que desentusiasmo a la afición.
El español José Garrido con un toreo de ganas, logró agradar al público desde el primero de su lote, al cual lidió al son de "La Virgen de la Macarena" tras una vitolina hizo un cambiado de manos por la espalda, para metérsele por las costillas al astado y pegarle un derechazo que abrochó con un martinete, acción que fue ovacionada.
Garrido realizó una faena similar con el último astado, con el cual tras pegarle un trincherazo ovacionado que ligó con un pase de pecho rematado con farol, arrancó el grito de: "¡Torero valiente!".
El momento emotivo de la tarde fue cuando "Las Golondrinas" retumbaron en las paredes de la "Silverio Pérez", a la par que se despidió dando una vuelta al ruedo Ernesto Ramos, de 83 años, de los cuales 69 se dedicó a abrir la puerta de toriles de diversos cosos del país.
Saldívar salió en hombros por la puerta grande, misma que esperara cerrada y aguardará sus instalaciones para los festejos futuros.