Superado el nervio escénico del domingo anterior, Santiago Fausto salió más asentado al Nuevo Progreso y convenció al cónclave, pero a cambio de su primera oreja en Guadalajara, se llevó también una cornada.
La faena del queretano fue sin duda superior a lo mostrado en su presentación y aunque fue protestado por cierto sector del público al inicio de su faena, el bueno manejo del capote acalló pronto las discrepancias, unificando el criterio.
SI estuvo firme en las verónicas, en el quite por tafalleras mostró el sentido de la colocación entre lance y lance, alargando la serie. Noble y con movilidad, el astado de Celia Barbabosa dejó estar a gusto a Fausto, aún con la lluvia que se soltó.
Y cuando iniciaba el trasteo con péndulos, se soltó el primer chubasco, lo que provocó que la gente se distrajera en demasía, por lo que el esfuerzo de Santiago tuvo que ser doble. Con paciencia e inteligencia, dejó que el público se resguardara y entonces corrió la mano, logrando que las cerca de 4 mil personas le corearan animosamente.
Decidido a triunfar se fue a por uvas, dejando un espadazo fulminante, pero también el pitón fue certero y le caló en la ingle derecha, de inmediato se levantó cojeando buscando la enfermería, pues se sabía calado y ya no volvió. Por una labor en conjunto se le concedió una merecida oreja que paseó la cuadrilla.
El madrileño Roberto Galán tuvo momentos muy interesantes toda la tarde, sobre todo mostró oficio, tanto en sus intervenciones y como director de lidia. Al primero de su lote le planteó una faena con mucha cabeza a un astado que aunque tenía calidad en la embestida, le costaba trabajo emplearse y para provocarle había que estar muy cerca de los pitones y ahí se puso el español, para su mala suerte, no estuvo fino con los aceros.
Si con el primero mostró sapiencia, con el segundo dejó relucir una técnica bien cimentada y el sentido del temple, haciendo una labor de pasajes interesantes, pero algo intermites por el aguacero que caía. Volvió a fallar con el estoque y aún así se le pidió que diera una meritoria vuelta al redondel. En el que mató por Fausto poco había que hacer.
La presentación de Hilda Tenorio como novillero tenía interés y la gente la recibió de dulce, incluso estuvo paciente y respetuosa en el primero de su lote, un novillo casi del tamaño de la torera y violento, que puso a prueba su capacidad. Pese a ello resolvió la papeleta con decoro.
Con el quinto, en medio de otro chubasco, Hilda se tuvo que fajar con un novillo que pese al buen son no se confiaba al embestir y regateaba las embestidas, por lo que había que hacerle las cosas muy despacio y con mimo para no violentarlo. La faena tuvo interés y si no tocó pelo fue por los fallos con el estoque.
Para el próximo domingo están anunciados el colombiano Fernando Alzate, que ya cortó una oreja en la inaugural, el triunfador de la Plaza México, Sergio Flores y un espada por designar, con astados de San Isidro.