Dos conceptos brillan en Autlán (video)
Domingo, 07 Feb 2016
Autlán de la Grana, Jal.
Felipe Aceves | Foto: José Pelayo
Compartieron volandas en la segunda de carnaval
Suena muy bien que un par de toreros salga en hombros. Sin embargo, lo más valioso fue lo que experimentamos quienes tuvimos el privilegio de estar en la plaza. Me cuesta un buen esfuerzo equilibrar mis emociones; plasmarlas en un texto y compartirlas con ustedes.
Todo comenzó con la materia prima: un encierro de esos que alivian el hipo. Con trapío, mucha seriedad, bien armados y el comportamiento privativo de los cinqueños. Dicho sea con respeto, no eran bonitos en su conjunto. Además, cual si fueran inspectores, con lupa revisaron los papeles de los alternantes y reportaron "con la novedad, patrón, que vienen con el carnet vigente". Su juego fue variado –que para eso son toros– pero que los tres espadas entendieron y, el que fue propicio, lo aprovecharon, para el que no, como se dice en el argot “buscarle las vueltas” con responsabilidad y categoría.
Quien menos suerte tuvo en el sorteo fue el queretano Ignacio Garibay, quien dejó intacto su palmarés, gracias al oficio bien aprendido, a su afición renovada, así como al respeto a su condición de torero que cumple consigo mismo.
El primero de la tarde, para el rejoneador Sebastián Torre, nuevo en esta plaza, y en la profesión, consiguió pasajes de buen toreo, sobre todo cuando montó a "Neptuno", un precioso caballo muy torero, prieto de capa. Lució en banderillas; pero le costó un buen esfuerzo despachar a "Rompepuertas", que tuvo movilidad. El potosino cosechó una salida al tercio antes de solicitar la venia de marcharse, pues iba a emprender un largo viaje hasta Mazatlán, donde mañana torea con Pablo Hermoso.
Del capitalino Eulalio López "Zotoluco" podemos afirmar que está en un gran momento. Como dijo el inolvidable taurino, Ángel Procuna: "Hay dos clases de toreros. Los que hacen lo que saben, y los que saben lo que hacen". Zotoluco sabe lo que hace. Lo evidenció ante sus dos enemigos.
Primero con el imponente "Carnavalero", que si bien no fue un dechado de virtudes, Zotoluco lo entendió a cabalidad, para lidiarlo, someterlo y con tersura y oportunidad en los toques, en el sitio y distancia exactos capitalizar la exigente obediencia a los toques. Oreja al calce. El quinto en el orden de salida, "Feligrés", alto como una catedral, le ofreció más posibilidades –repito, más posibilidades, que no facilidades. Había que echar mano de todos los recursos que el capitalino lleva en su espuerta.
Como si fuese un debutante, para dar inicio a la faena de muleta, se sentó en el estribo, lo sometió por bajo, para luego de pie llevarlo a la boca de riego y cuajar una faena emocionante por ambas manos, que culminó con estocada entera, apenas delanterilla. Ahí sucedió una de esas estampas del toreo. Solo frente al toro acompañó la muerte de un astado, que entre las ovaciones de un público sensible culminó la emocionante lucha de un toro bravo. Dos orejas que el público exigió.
De Juan Pablo Sánchez, le tengo una nueva. Al temple proverbial de su toreo agréguele ahora esa enervante y particular lentitud del toreo a la mexicana; la de los olés sentidos, los de larga duración, con el mérito inconmensurable de haberlo hecho a un toro con todas las de la ley. Muletazos eternos y templados. De los que de tan eternos, te acaban la respiración. Lebrón fue obediente y tuvo emoción. Las series con ambas manos dejaron satisfechos a la parroquia y lo que bien empieza, bien acaba. Estocada entera. Dos orejas y arrastre lento al de Begoña.
Faltaba la otra parte. Su alternante llevaba una tercia de trofeos en la espuerta y con "La Grana", que cerró plaza, un negro bragado y calzado, con mucha plaza, el de Aguascalientes, sentado en los riñones cuajó una faena variada y alegre. Aquí, el de plata, Gustavo Campos formó un cuadro en dos pares que valieron la ovación.
Más tarde, Juan Pablo deletreó con temple y buen gusto, una faena variada que tuvo el clímax en una serie por molinetes con mucha sabrosura. Todo con ritmo y suavidad, que se dice fácil, pero que le fue realizado a un toro. Y, como al menos esta tarde, le encontró la muerte a los toros, el palco atendió a la nube de albos pañuelos y mostrar los dos propios. Gratificante postal, la de un par de señores toreros saliendo a hombros.
Ficha Autlán de la Grana, Jal.- Segunda corrida de carnaval. Tres cuartos de entrada, en tarde espléndida. Siete toros de Begoña, bien presentados, con cara, edad y kilos, de juego interesante, de los que destacaron 4o y 5o., premiados con arrastre lento. Pesos: 520, 575, 546, 522, 530, 500 y 560 kilos. El rejoneador Sebastián Torre: Ovación. Eulalio López "Zotoluco" (verde botella y oro): Oreja y dos orejas. Ignacio Garibay (azul rey y oro), que sustituía a Sebastián Castella: Silencio en su lote. Juan Pablo Sánchez (canela y oro con remates negros): Dos orejas y dos orejas. Incidencias: Destacó en varias Ignacio Meléndez, que picó muy bien al 5o., y en banderillas saludó Gustavo Campos.
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