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Macías se reencuentra con Guadalajara (video)

Domingo, 08 Nov 2015    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Prensa AM           
Arturo cortó una valiosa oreja
Antes de la corrida, el ambiente a las afueras de la plaza era inmejorable. Terrazas llenas. Un mariachi por aquí, una "tuna" por allá... mujeres bellas (en Guadalajara, cómo no) y ese inconfundible bullicio de las tardes grandes. Sí señor, el asunto era ver de nuevo en esta plaza a Joselito Adame, que mucho le quiere y que seguirá.

Pero el encierro de San Isidro dispuso otra cosa. Fino, parejo de tipo, de romana, pero que dio un juego por debajo al de otras tardes ¿Noble? Sí. Pero nada más. Destacó el primero de la tarde que tuvo mucha calidad, mas su fuerza justa no le permitió ir más allá.

En fin, que Arturo Macías tuvo un reencuentro muy afortunado con la afición de esta plaza, de la que se ausentó tres temporadas y, hoy, con nuevo apoderado (el matador Fernando Ochoa, de quien ya se nota la mano) pudimos ver, si cabe la metáfora, a dos Macías. El del toro primero, con el que nos mostró sobriedad, reposo, buenas maneras y solvencia frente a un ejemplar que describí líneas arriba.

Con este del señor Guerra, el de Aguascalientes nos presumió series con ritmo y calidad, basadas en una estructura inteligente y bien medida, en la que se regodeó en momentos que el público celebró con ovaciones. Espadazo traserillo, aviso y despedida al callejón con palmas cariñosas. Pero vendría el segundo (me refiero al torero) o, tal vez el Arturo de siempre, pero repito, más cerebral.

Con la entrega sin cortapisas de siempre, pero sin aquellos arrebatos de mal gusto, ni desplantes a la trote y moche que el público de la "Nuevo Progreso" le rechazaban. Para recibir al cuarto, segundo de su lote, se fue de hinojos al centro del ruedo y ahí, así cuajó cinco largas afaroladas y una media, también de hinojos que levantaron a la plaza entera de sus asientos para estallar en una estruendosa ovación, como hacía muchos años no escuchaba en Guadalajara.

En una plaza a la que no le gustan los toreros devotos, si no se justifica esa postura. Como si el corazón estuviera para abusos, el quite fue otra explosión. El toro en tablas y el hombre en los medios con el capote en la espalda. Aquí fueron cuatro gaoneras, tan ceñidas como a la cintura de la novia en luna de miel, entreverada la tercera que fue un portento de ajuste. Como remate soltó una punta del capote que ligó con una larga cordobesa. Un manicomio. Aquello era un manicomio. Pero venía lo más complicado... mantener ese nivel de expectación en el desarrollo de la faena.

Aquí llegó de nuevo el Macías del toro primero. Este con poco recorrido, justo de fuerza, cansino andar y sin entrega. Tuvo la mente clara para aguantarlo y capitalizar la obediencia no exenta del riesgo que el toro se frenara. Con paciencia cuadró al morito, para deletrear la suerte suprema, dejar una entera muy entregado que, a pesar de que caló, y de que tardara en doblar, la petición fue mayoritaria y estruendosa para que Arnulfo Martínez concediera el justo premio. Así que, Arturo Macías está de regreso en esta plaza.

Con cuánto cariño recibió el público a José Adame (yo quisiera ya no llamarle Joselito). De verdad que esa llamada al tercio al inicio del festejo, a pesar de la distracción de una entrega de premios bien merecida, seguro le supo a gloria a José. Vaya ovación. Pues saltó al ruedo el primero de su lote. Un colorado, ojalado y astifino, como todos sus hermanos rebrincó en el capote de Adame. Y ahí comenzó a brotar el buen lidiador. Lo bregó con una tersura y un acierto, que el público se lo reconoció con los primeros aplausos para él.

Con la muleta hubo que descifrar, muletazo a muletazo las embestidas de chile, mole y pozole de "Canano". No fue una faena lucida, pero sí que nos permitió ver la solvencia que actualmente posee el torero aguascalentense. No se le miró muy contento. No era para menos. Gran estocada y una oreja con la que algunos se inconformaron. Allá ellos. Del cierra plaza, mejor ni hablar. Pronto cantó la gallina, aunque embistió de largo al caballo y peleó de firme. Adame tuvo el tino de estar breve y despacharlo con una media estocada en buen sitio.

¿Han escuchado lo de Santo de espaldas? Pues esta tarde fue la suerte del extremeño Alejandro Talavante. En su primero destacaron los ayudados por bajo. Un pinchazo hondo tendencioso y a las mulillas con el primer golpe con la corta. Con el segundo la cosa estuvo con mucha menos fortuna.

Para el próximo domingo, la tercera corrida de la temporada, con seis de La Estancia para Eulalio López, Octavio García "El Payo" y la presentación del peruano Andrés Roca Rey.

Ficha
Guadalajara, Jal.- Segunda corrida de la temporada. Más de media entrada, en tarde agradable. Seis toros de San Isidro, bien presentados y astifinos, salvo el 5o., que fue protestado, nobles en su conjunto aunque no se prestó para el lucimiento. Pesos: 495, 485, 505, 470, 480 y 495 kilos. Arturo Macías (blanco y oro): Palmas tras aviso y oreja tras aviso. Alejandro Talavante (nazareno y oro): Silencio y pitos tras aviso. Joselito Adame (lila y oro): Oreja y silencio. Incidencias: Destacaron los banderilleros Juan José Trujillo y Fermín Quiroz, en 2o. y 4o., respectivamente, y saludaron una ovación.


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