Desde octubre del 2007 cuando Joselito Adame hizo su debut en México como matador en el Cortijo San Felipe, de San Pedro Garza García en un festival, previo a debutar de luces en Tlaxcala, no había tenido una tarde tan redonda y contundente ante la afición local como la del domingo en Cadereyta.
 
Aquella noche especial de su presentación, al lado de Pablo Hermoso, Alejandro Talavante (que también debutaba en México) y Arturo Macías, el recién alternativado diestro de Aguascalientes se echó el gato al agua al cortar cuatro orejas y un rabo.


Luego tendría algunas actuaciones en la Monumental Monterrey, sin mucha suerte, pero la de este domingo en el coso jimenense  encendió las pasiones del público ávido de festejos taurinos y, con dos faenas macizas, de clase y valor, Joselito obtuvo un clamoroso triunfo de tres orejas y un rabo ante ejemplares de la vacada de Golondrinas.


En su salida a hombros estuvo acompañado del francés Juan Bautista, quien tras malograr una estupenda faena a su primero con la espada y el descabello, cortó una oreja de mucho peso al segundo de su lote y las dos de un toro de regalo de la misma divisa.


Tanto Adame como Bautista demostraron lo bien puesto que están con los toros y ni el largo viaje del ultramarino, recién llegado de Sudamérica, ni el cansancio previo de Adame, que también toreó el domingo anterior en San Cristóbal, Venezuela y el lunes en "La Chona", hicieron mella en ellos.
 
Joselito acarició el capote en tersos lances y llevó muy bien cuidado a sus ejemplares al caballo, evitando darles castigo excesivo para evitar que la característica flojedad de este encierro apareciera en el último tercio de la faena.
 
Fue así como cuajó un par de faenas variadas, con mucho temple y largueza, lo que hizo que la afición que llenó media plaza, se entregará con justa razón y al final le premiara merecidamente con los apéndices ganados a ley, tras pasaportar de sendas estocadas sin puntilla a los de Golondrinas.
 
Bautista, cuya calidad es innegable, se enredó también con dos toros, mejor en su primero, al que le exprimió todos los muletazos que traía dentro en tandas cortas, "a la española".
 
Afortunademente, para los ganaderos Óscar Dominguez, padre e hijo, el encierro se dejó meter mano y permitió que los de a pie se lucieran, y en el caso de Bautista que cortará en su lote una oreja al segundo y las dos al de regalo, que no resultó con la calidad de los primeros.


Lamentablemente, la rejoneadora Mónica Serrano tuvo que emplear una argucia de pocos conocida, según lo que se dijo entre los "enterados" de la plaza. Al tener un percance vial sus subalternos antes de llegar a la plaza, tardó en salir con su caballo a la arena, ante la espera impaciente del público, lo que originó que Bautista, director de lidia, determinara que a pie se lidiaran los primeros cuatro toros y al final, quinto y sexto, los matará la rejoneadora.


Tardó para conectar con el público y con cierto nerviosismo cumplió su labor, dejándose llegar al encelado astado. Luego de fallar en dos intentos con el rejón y escuchar dos avisos, dejó que su peón de confianza, zurdo por cierto, lo liquidara de pinchazo y descabello.
 
Ante el sexto mejoró su actuación y no obstante que deja castigar mucho a sus caballos, pudo salir adelante cortando ahora sí una valiosa oreja tras sepultar el rejón de muerte en buen sitio.