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Crónica Reciente

Exitoso el festival de El Cuate en Cadereyta
Sábado, 18 Jul 2009 | Cadereyta, N.L.
Fuente: Javier Ramírez / Corresponsal
 

Simplemente sensacional y merecido. Como estos habrá muchos calificativos para definir el cariño y el aprecio que se le tiene a Enrique Espinoza “El Cuate” en su tierra. Hoy simplemente podemos decir “sensacional y merecido”.

Sí, porque ante la llamada de apoyo que pidieron los toreros para solventar los gastos fuertes que le esperan a El Cuate con su rehabilitación, la afición se volcó a la Plaza de Toros de Cadereyta e hizo una gran entrada, que por cosa de nada, se convierte en un auténtico lleno, en el festival a beneficio del diestro jimenense.

Esperamos que la gran entrada sea sinónimo de éxito económico, junto con la venta producida por las bebidas que estuvieron a la orden del día, gracias al calor sofocante que antojaba de un buen trago.

Pero no solo eso, sino que en la parte artística hubo orejas al por mayor. Merecidas o no hoy era lo de menos, claro dentro de una norma lo mas posible apegada a los reglamentos.

El triunfador de la tarde resulto ser ni mas ni menos que “El ausente”, Alberto Espinoza, a quien le sentó bien un traje charro que levantó por ahí algunos suspiros de las damitas en los tendidos, recordando quizá a los famosos “hermanos Reyes”, de la pantalla chica.

Pues bien, Alberto,  quien anda fuera de sitio por la gran ausencia de la que son culpables los empresarios, hizo lo que pudo, bien por cierto, ante un ejemplar de Cuco Peña, al que lo recibió alegre de capa con medios lances de rodilla.

Sin inmutarse se fue a los medios y como si estuviera toreando cada día, le ligó dos cambiados por la espalda al mas puro estilo de su “cuate”, que nervioso trataba de couchearlo desde su silla de ruedas instalada en un acceso pegado a la barrera.

Muletazos con voluntad, entrega y una dosis alta de valor fue la que puso Alberto, antes de pasaportar a su enemigo de certero estoconazo. Una oreja hubiera sido suficiente, pero el juez le dio dos y enseguida el publico exigió el rabo que también se le concedió.

Para agradecer a la afición su entrega total, El Cuate partió plaza junto con los matadores  y recorrió el redondel llevado en su silla de ruedas por El Zotoluco. La piel se enchinaba de verdad al constatar cuánto se puede querer a la gente que poniéndose delante de los toros entrega su vida con tal de ayudar a los demás, como lo ha hecho El Cuate y todos los que hoy torearon, en las corridas de beneficencia en esta ciudad.

Abrió plaza Gastón Santos ante un ejemplar de Racho Seco. Bien estuvo el jinete quien adornó en todo lo alto el lomo de su novillo, fallando a la hora buena y perdiendo los trofeos.

Continúo El Zotoluco ante un buen ejemplar de Julián Hamdan, al que luego de lancearlo con suavidad, lo metió en vereda para sacarle los muletazos hondamente jaleados. Mató pronto y cortó las dos orejas.

Enrique Garza se enfrentó a uno regular de Boquilla del Carmen que se apagó pronto, no sin antes darle un susto al empalarlo de entre las piernas con el pitón izquierdo. Mató de tres cuartos de ración y se le concedió la oreja.

José María Luévano sacó a relucir su experiencia ante un difícil astado de El Vergel, uno de los dos lunares del encierro. El toro acudía con la cabeza a media altura y nunca le permitió acoplarse como debía al hidrocálido. Mató bien y le cortó una oreja.

Luego seguiría Alberto Espinoza con lo ya narrado, antes de que apareciera el fino diestro Alejandro Amaya, con uno de Arroyo Zarco, que salió con el pitón flojo desde la cepa. No hubo protestas del público y se dio la lidia. Bien estuvo el tijuanense con muletazos aseados, dejando ver su sobria técnica en el ruedo.  Otra oreja se disparó desde las alturas.

Juan Antonio Adame hoy también bailó con la más fea, al tocarle en suerte uno de La Playa que fue malo y sin dar posibilidades de triunfo. Palmas para el torero.

 Al último y para vaciar el corral, Garza regaló un sobrero de Bernaldo de Quirós. El jimenense brindó a nombre de El Cuate este ultimo ejemplar a los toreros y a los apoderados José Manuel Espinoza, por haber traído a El Zotoluco, y a Jorge Canales, por llevar a buen termino el festejo que organizó.

Pulcro en su labor el jimenense cumplió y cortó dos apéndices más para cerrar la cuenta en nueve orejas y un rabo en una tarde de éxito redondeo.

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