Como si fuera un presagio de lo que está por venir en un futuro inmediato la tarde de este domingo nuevamente los diestros mexicanos pusieron la nota en la feria de León y aunque Morante de la Puebla ha tenido una buena actuación, al final de la tarde Octavio García “El Payo” salió en hombros de los aficionados; por su parte Joselito Adame cortó una oreja de mucho peso.

Entrando por la puesta de la sustitución, Octavio García “El Payo” ha demostrado que en él los públicos pueden ver una carta fuerte de la nueva generación de coletas aztecas, con el primero de su lote rápidamente se manifestó lanceando a la verónica

Los albores de su faena fueron clavando las zapatillas en la arena para ejecutar escalofriantes cambiado por la espalda, con la mano diestra y aprovechando las magníficas condiciones de su enemigo ejecuto tandas interminables que fueron aderezadas con remates que fueron del agrado del público.

Tras probar las embestidas por el pitón izquierdo el diestro queretano continuó por la senda de la derecha cuajando nuevamente series de un gran calado, para terminar su interesantísima labor aguanto los parones para pasarse a centímetros los pitones, con una enorme decisión se fue tras el acero para dejar una estocada hasta la empuñadura por lo que recogió dos meritorias orejas.

Con el que cerró plaza y aun cuando ya tenía el triunfo asegurado, El Payo salió con una impresionante actitud, no obstante las pocas condiciones de su enemigo el joven torero expuso el físico hasta niveles insospechados; lamentablemente por momentos el público no se percató de lo anterior.

Al final de su actuación, el de Querétaro escuchó el reconocimiento de los aficionados; sin duda que El Payo debe ser considerado para ocupar un lugar importante dentro de la nueva generación de toreros mexicanos.

Si de la nueva generación de toreros aztecas se habla es imperativo afirmar que el Capitán General de estos se llama Joselito Adame, y es que el hidrocálido viene arrasando tarde tras tarde y aunque hoy cuantitativamente sólo cosechó un trofeo dejó patente un sitio y un empaque de verdadera figura del toreo.

Después de reaparecer en Moroleón con un indiscutible triunfo el otrora niño torero ha ejecutado dos faenas de diferente corte en las que dibujó el toreo mexicanista de capote. La faena de su primer astado tuvo una esencial característica el mando de muleta con el que logró mantener la faena en un palmo de terreno en el cual las series por ambos pitones calaron hondo en los tendidos.

Después de proyectar un sólido toreo Joselito terminó su labor con ajustados pases por alto, luego de pinchar ejecutó una estocada efectiva para recoger una oreja.

Con el segundo de su lote vinieron los lances a pies juntos y un vistoso quite por zapopinas, con la tela roja buscó el lucimiento y cuando el de Los Encinos se rajó el hidrocálido le dio el terreno de las tablas para arrancar pases de exposición y valentía, no pudo coronar su labor y sin embargo fue obligado a saludar en el tercio.

El que abrió plaza fue verdaderamente infumable ya que los kilos le pesaron en demasía por lo que rápidamente se agarró al piso, Morante intentó agradar pero al ver la escena abrevió.

El cuarto de la tarde permitió al sevillano mostrar otra faceta, sobre todo después de saber que sus alternantes se habían ido por delante, cadencia en los lances a la verónica y un ajustado quite por chicuelinas fueron el preámbulo para una faena en la que el arte de Morante pudo proyectarse hacia los tendidos.

Por momentos las notas fueron muy altas destacando por sobremanera las series por el pitón derecho que el marismeño aderezó con vistosos remates, a pesar de fallar reiteradamente con la espada fue invitado a dar una vuelta al ruedo.