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Voluntad a raudales de la terna, en GDL (video)

Domingo, 03 Nov 2013    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Memo Sierra           
Juan José le cortó una oreja a su primero

La verdad sea dicha, los toros no provocaron disgustos; pero tampoco emociones a raudales. Fueron obedientes a los engaños; pero les faltó pujanza para embestir –y emocionar. Cumplidores con los montados, pero había que montarse en ellos. Y no, no se trata de eso.

Bien criados, bien armados y astifinos la mayoría; pero pues, con tanto pero, ni hablar, los toreros hubieron de tomar una decisión –atinada, por cierto– cada quién a su aire e interpretación, de no dejar esfuerzos –por mínimos que estos fuesen– para agradar a la parroquia. No muy abundante (por cierto), que se dio cita en la hoy re nombrada Plaza de Toros Monumental, Nuevo Progreso de Guadalajara (ta’ padre el nombre. Me gusta. Aunque suena kilométrico y rimbombante).

Juan José Padilla fue el triunfador del festejo, al cortarle una oreja al primero de su lote y ser llamado a escuchar una ovación en el tercio al concluir la lidia de su segundo.

A su primero, un toro bragado corrido, lucero y veleto (astifino hasta decir basta), el ciclón de Jerez lo recibió con tres afarolados de hinojos, para erguido a pies juntos ejecutarle cuatro lances y rematar la serie al soltar una punta del capote. Bien comenzaba su actuación Padilla. Ubicado el piquero de tanda en la contra querencia, el hispano lo colocó por quites por las afueras, si bien no muy templados que digamos, la voluntad fue evidente. Otra ovación.

La reunión fue pronta breve en el penco. Juan José, que había sido invitado por El Conde en el primero de la tarde, a su vez correspondió a la cortesía con invitación formal a cubrir el segundo tercio. Se incluye a Fermín Spínola, en la función, quien cogió el primer binomio de banderillas: cuarteó y toreó correctamente, pero su par cayó desigual. Le siguió el espada tapatío que, muy marchoso llegó hasta los bigotes mismos del toro, para brevemente agilizar el paso, cuadrar en la cara y dejar orejitas de conejo en la cruz del de la Viuda. Cerró el jerezano, quien cuarteó muy templado hasta el centro mismo del anillo para dejar en lo alto de su enemigo un par al violín.
 
Carretada de aplausos a los tres. Ya he comentado que, al público de ésta plaza, no le gusta que los toreros se arrodillen así porque sí; pero, como el caso de hoy, en que la genuflexión ha tenido el respaldo de una actitud de entrega, entonces la aprecian y –hasta– la aplauden. Temple y –ojo– dimensión tuvieron estos pases de inicio. Un remate de pie con el de pecho, al que le siguió una serie muy templada y reunida con la mano diestra, que ahí quedó. La mejor fue una tanda con la mano de cobrar en cámara lenta, que –acepto– me sorprendió por su buen gusto. Un trincherazo con sabor y… luego continuó en su línea el ciclón. Estatuarios; naturales a pies juntos; muletazos con la mano retrasada que fueron un acierto, dado el poco gas que le quedaba al moro y broche de manoletinas. Se tiró a matar con el canon en la mano, pero, pero, la espada cayó rinconera y el palco cedió sólo una oreja. Vuelta al ruedo a recoger el cariño de la afición.

Con su segundo, de De Santiago, Padilla tuvo sus mejores momentos con los palitroques. Es que el toro se vino a menos y, ni modo, a reducir las distancias y a meterse entre la cornipasa arboladura. Trasteo de actitud a tope que el público premió con ovación al calce. Como detalle apunto que entre el primer pinchazo y el segundo, la gente estuvo en silencio y atenta cuando el ibero cuadraba al toro para tirarse de nueva cuenta.

El paisano, Alfredo Ríos "El Conde", llegó con la ilusión por las nubes. No era para menos. No muchos coletas llegan a veinte años de trayectoria. La Peña Taurina de Autlán en Guadalajara, (una de las plazas donde es consentido) y la peña Mal de Montera, así como la revista La Temporada le extendieron sendos reconocimientos por su par de décadas de trayectoria taurina. Fue lo más feliz de la tarde para el torero. Su primero tuvo movilidad limitada y no propició algo destacable. Empeño no faltó en la labor de El Conde. Pesadillo con los aceros y a esperar con esperanza el siguiente de su lote. Otra decepción. Nos pareció que la pata trasera izquierda del toro de El Junco estaba lastimada. "Haiga sido como haiga sido", no fue materia prima. Hasta cantó la gallina. Una entera que bastó y pues, a regalar un toro.

El primer reserva, también de El Junco, no era muy serio por delante, pero su edad era evidente. No. No fue un buen colaborador. El espada jalisciense echó mano de toda la esperanza con la que partió plaza y, a fe buena que complació a la parroquia. A falta de la emotividad del toro, la disposición… y la muleta retrasada con inteligencia, única forma de arrancar las insípidas embestidas recibieron la recompensa de una oreja bien ganada.

Vaya mala suerte del capitalino Fermín Spínola en el sorteo. Su primero, que se empleó bien en varas, desde el segundo tercio esperó a los banderilleros e hizo lo mismo en la muleta del torero. Spínola porfió con pases por bajo de castigo que lograron encelar a su enemigo. El mérito fue, no dejarlo que se parara en seco, como hizo en palos, y conseguir algunas series de buena factura que no pareció tener el toro. Tres pinchazos, entera defectuosa y total.

El segundo que le correspondió tuvo peores condiciones, además, por delante era muy ancho de cuna. Brindó al público una lidia muy complicada. Pero Fermín no se fue de balde. Le cuesta trabajo conectar, sin embargo hay que reconocerle. Este ejemplar tenía un sitio y una distancia muy difícil de encontrar. Él se la halló. No fue una faena lucida, pero quienes entendimos la complejidad del toro, en verdad apreciamos la labor del capitalino. Muy por encima estuvo de sus dos ejemplares.

La empresa anuncia para el próximo domingo 10 del mes en curso, seis toros de Marrón, para Eulalio López "Zotoluco", el español, Alejandro Talavante y el tlaxcalteca Sergio Flores, quien se presenta en Guadalajara como matador de toros.

Ficha

Guadalajara, Jal.- Plaza "Nuevo Progreso". Tercera corrida de la temporada. Un tercio de entrada en tarde nublada. Cinco toros de El Junco (cuatro con el hierro de la Viuda de Fernández), uno de De Santiago y, además, uno de regalo también de El Junco. Los toros tuvieron edad, trapío y astifinos pitones. Sólo el de regalo tenía poca cara. Cumplidores, en términos generales con los montados, aunque limitados de fuerzas; destacó el 2o. por su buen juego. Pesos: 475, 560, 510, 575, 575, 500 y 475 kilos.  Alfredo Ríos"El Conde" (perla y oro): Silencio, silencio y oreja en el de regalo. Juan José Padilla (berenjena y oro): Oreja y ovación. Fermín Spínola (azul pavo y oro): Silencio en su lote. Incidencias: Se develó una placa en recuerdo del querido amigo y compañero Enrique Rivas "Joselito" quien falleciera en meses pasados.


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