Del triunfo al drama, brilla el toreo (video)
Domingo, 08 Sep 2013
Zacatecas, Zac.
Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda
Arturo Macías cortó dos orejas y ganó el Escapulario de Plata
La corrida del Escapulario de Plata de la Virgen del Patrocinio vivió pasajes de mucha emoción, dramatismo y bueno toreo, con el concurso de seis espadas de a pie y uno de a caballo.
Aquellos toreros que tuvieron mejor suerte en "la rifa", como dijo el matador Manolo Espinosa, pues no fue sorteo, no desaprovecharon la oportunidad de mostrarse a placer con los toros de Pozo Hondo que mejor embistieron, siendo el que abrió plaza –para rejones– el que mantuvo un alto nivel de clase hasta el final.
En medio de este buen ambiente que reinaba en la Monumental, el público gozó con la explosiva entrega de Arturo Macías, la faena clásica y profunda de Fermín Rivera, el arrojo del torero local, Antonio Romero, y la grave cornada que, lamentablemente, sufrió Sergio Flores.
Esas cuatro participaciones fueron las de mayor calado, y al final, cuando Flores estaba siendo atendido en la enfermería, Macías abandonó a hombros el coso con el codiciado trofeo Así que hace una semana fue el oro –se llevó la Oreja de Oro en Tijuana– y una semana después, aquí en Zacatecas, se colgó al cuello el codiciado escapulario de plata.
Lo más significativo, si cabe, fue que no hizo el toreo de cobre, sino de plata y de oro, el que debe mantenerlo en ese primer puesto del escalafón mexicano, mentalizado a dar espectáculo y triunfar… pero toreando como hoy.
Y desde que cuajó ese quitazo por gaoneras al toro castaño hasta la estocada con al que tumbó al toro, Macías mantuvo un magnífico equilibrio entre el toreo de temple y ligazón, con los detalles de espectacularidad que caracterizan a su vibrante tauromaquia.
Por su parte, Fermín Rivera se ajustó con temple y clasicismo en un trasteo de cante grande, con el compás abierto y el pecho henchido de torería. Así dio muletazos de largo trazo, llevando al toro embebido por el pitón derecho, con estructura y torería.
Cuando parecía que podía arrebatarle el escapulario de Macías, pinchó antes de colocar la estocada definitiva para dar muerte al toro. Al margen de esta circunstancia adversa, Fermín, fiel a su concepto, volvió a brillar como los grandes y enseñoreó esa proyección tan deslumbrante que atesora.
Porque si el potosino había estado sensacional, no se quedó detrás Antonio Romero, que le plantó cara a un toro complicado, que venía arrollando. No le tembló la mano al torero de la tierra, que toreó bien a la verónica, banderilleó en distintos terrenos y luego hizo un trasteo macizo y valiente.
A la hora de entrar a matar fue volteado de fea manera, y tuvo la mala fortuna de que el toro no dobló, eternizándose el torero con el descabello hasta que escuchó dos amargos avisos. Pero aquí queda su entrega y los avances que son notorios. Eso es lo que realmente cuenta.
Cuando Sergio Flores ya había metido en la muleta al séptimo, un toro que brincó limpiamente la barrera y sembró el pánico en el callejón, un descuido, al ejecutar una dosantina, le costó una dolorosa cornada en el recto.
El de Pozo Hondo no lo perdonó al tlaxcalteca ese exceso de confianza y lo caló de fea manera, además de la alarmante forma en que cayó sobre la arena, doblándose el cuello peligrosamente. Ojalá que se recupere pronto para que no pierda la Corrida de la Hispanidad de Madrid, donde ya está anunciado el próximo sábado 12 de octubre.
Tanto Rafael Ortega como Fabián Barba se esforzaron por estar bien, el primero con un toro que era un dije, bajo y armonioso, pero que se paró demasiado pronto, y el segundo con un ejemplar que no ofreció demasiadas opciones de lucimiento.
Y mención especial para el rejoneador colombiano Andrés Rozo, que sorprendió gratamente a la afición de Zacatecas con una excelente doma y un toreo de magnífico concepto, sobre todo la manera en que, de salida, se dobló con el mejor toro de la tarde, un cárdeno en tipo de la casa, que metía el morro que daba gusto.
En banderillas también lució el torero de Bogotá, haciendo quiebros muy arriesgados y comprometidos en los que dio ventaja al toro, y en general entendiendo con claridad de ideas los terrenos en los que debía colocarlo para que le favorecieran las embestidas.
Lo que pudo ser la concesión de una valiosa oreja se tradujo en silencio, pues no estuvo fino con el rejón de muerte y ahí se queda la espinita clavada para su actuación del domingo 29 de septiembre, en la corrida de rejones con la que culminará una feria que va por muy buen camino.
Ficha Zacatecas, Zac.- Plaza Monumental. Primera corrida de feria en la que se disputó el Escapulario de Plata de la Virgen del Patrocinio. Dos tercios de entrada en tarde agradable. Siete toros de Pozo Hondo, bien presentados y parejos de hechuras, de juego variado, entre los que destacaron 1o., 3o. y 5o. Pesos: 450, 514, 478, 530, 528, 498 y 490 kilos. El rejoneador Andrés Rozo: Silencio. Rafael Ortega (azul pavo y oro): Silencio tras aviso y silencio en el que mató por Flores. Fabián Barba (azul marino y oro): Silencio. Arturo Macías (grana y oro): Dos orejas. Fermín Rivera (tabaco y oro): Oreja. Antonio Romero (vainilla y oro): Palmas tras dos avisos. Sergio Flores (azul celeste y oro): Herido. Incidencias: Macías ganó el trofeo en disputa. Sergio sufrió una cornada y cayó de fea manera, golpeándose las cervicales. La cornada fue limpia y de tres trayectorias; la tercera de éstas pasó a lado del recto, pero sin lesionarlo. El gobernador del Estado, Miguel Alonso Reyes, presenció el festejo en una barrera. Al final del paseíllo se le rindió un homenaje a José Antonio Enríquez, gran promotor de la Fiesta en Zacatecas.
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