Nicolás Gutiérrez se convirtió en el primer triunfador de la novillada inaugural de la temporada de Guadalajara, durante un festejo en el que Brandon Campos lidió tres novillos por la lesión de Antonio Mendoza, que se mostró valiente y resultó conmocionado.

El hidrocálido Nicolás Gutiérrez, dio muestras de su toreo de temple y dimensión, en los dos novillos que le tocaron en suerte. Logrando tocar pelo con el corte de una oreja en su segundo enemigo.

Vestido de grana con bordados en oro, lanceó por verónicas que le fueron coreadas; el novillo acudió con bravura al caballo, le pegaron dos puyazos y por ello Antonio Mendoza, tercer espada, ejecutó gaoneras ceñidas con pinturería, que le valieron una ovación en el quite, para que de inmediato diera la réplica Gutiérrez con una serie de tafalleras, de buen ritmo y sabor, con el aplauso del respetable.

Brindó su faena al matador Juan Pablo Sánchez, presente en el callejón, llevándose al novillo con pases de tanteo del tercio a los medios con mucho sabor.  El novillo embestía con temple por el lado derecho, lo que bien aprovecho el de Aguascalientes para realizar la faena por ese lado, ligando hasta cuatro tandas con largueza y sentimiento para que los aplausos sonaran fuerte en su honor.

Por el lado izquierdo le faltó distancia y mando, el toro pasaba, pero exigía muleta poderosa, tanto que salió trompicado, rodando en la arena salvándose de la cornada, se levantó sin mirarse la ropa y volvió a torear con la derecha logrando otra buena tanda de muletazos.

Remató la faena con estatuarios, se fue tras la espada con determinación y la dejo en buena colocación, con petición mayoritaria, que inexplicablemente el juez no concedió, retirándose el torero entre cerrada ovación.

Con su segundo un novillo, muy alto, con presencia en el ruedo, se jugó el tipo con determinación de triunfo, el novillo muy complicado, rajado en los caballos, andarín y probón, con embestida descompuesta, por ello poco pudo hacer con el capote.

Con la muleta, después de recibir positivos consejos de su apoderado y maestro Luis Fernando Sánchez, le plantó cara, poniendo la muleta en el hocico, aguantando la embestida, para de poco en poco, meterlo en la canasta, faena vibrante con muletazos largos y sentidos, de menos a más, tanto por el lado derecho como por naturales, remató la faena con dosantinas.

Se fue tras del acero, logrando una estocada tendida, que tardó en hacer efecto, tuvo que descabellar y al primer intento, logró la muerte del novillo, petición mayoritaria y el corte de la merecida oreja. Recorrió el anillo en son de triunfo, muy merecido, por el carácter demostrado y la gran cualidad de saber escuchar al maestro, bien pudiera meterse en el cartel del próximo domingo.

El michoacano Antonio Mendoza tiene empaque de torero caro y de inmediato conecta con el público; lleva en las muñecas mágico pulso, así lo mostro en el único novillo que lidio, al que a punto estuvo de cortarle una oreja.

Verónicas a pies juntos que le fueron ovacionadas, el novillo tuvo bravura en el caballo y recorrido al embestir, comenzó la faena con estatuarios y cambios de mano con gracia y pinturería. Luego tandas por la derecha, en una de ellas fue trompicado, pronto volvió a la cara del novillo y consiguió tandas de calidad de temple y sentimiento.

Se cambió la muleta a la mano izquierda y el novillo le pedía distancias y mando al despedirlo, aquí le salió lo verde, pues tiene muy pocas novilladas, el toro lo cogió por la entrepierna y al caer se lastimo las cervicales, al tratar de volver a la cara del enemigo, se le doblaron las piernas, el porrazo lo desoriento y salió lastimado del cuello.

Se medio repuso y toreo por ayudados por alto, con sabor y clase especialmente en los cambios de mano emocionando de verdad a los asistentes, al irse tras la espada dejó una estocada contraria más un descabello con aviso y el respetable le ovacionó con fuerza.

Los médicos de plaza lo revisaron en la enfermería y determinaron conmoción cerebral con delicada inflamación de las cervicales, por lo que le impidieron regresar al ruedo, fue trasladado al sanatorio para los estudios pertinentes. Su calidad en el trazo torero y la emoción que transmite al tendido, bien valen una repetición.

Brandon Campos recién desempacado de Europa, con positivos resultados, tuvo delante tres enemigos, los dos de su lote y el que mató en lugar de Antonio Mendoza por ser el primer espada en el cartel.

Vestido de verde botella y oro recibió a su primero con gaoneras, el novillo con clase, aunque un poquito soso, bravo en el caballo.

Con la muleta y de rodillas comenzó la faena, con derechazos en redondo, luego de pie, derechazos y naturales, entre altibajos de calidad y expresión, quizás por la distancia y colocación sin terminar de redondear, siempre con actitud, valor y determinación, la verdad es que sentimos que lo pudo cuajar, pero se le fue. Dos pinchazos arriba, más un descabello para escuchar palmas.

Su segundo complicado, volteando contrario, mansurroneando, con genio y embestida brusca, además de flojo con los caballos, lo sacó a flote su valor y el poder de su muleta, aguantando con merito las embestidas, hasta hacerle tragar muletazos de calidad; la gente se dio cuenta y lo ovacionó por su entrega y capacidad de lidia. En tablas logró la dosantina con verdad y torería, un pinchazo y estocada el novillo tardo en doblar y le tocaron un aviso, así como fuertes palmas por su labor.

Con el cierra plaza, novillo de salida complicado, incierto y probón, lo fue sobando con la muleta, aguantándolo sin quitársela de la cara, hasta que el toro saco el fondo bueno y le instrumentó una faena de emoción y sentimiento, con pasajes de mucha calidad y temple por ambos lados, especialmente los remates con el forzado de pecho con mando y señorío.

La faena, por cierto, se la brindó a los ganaderos, rematándola con dosantinas de mucho mando y clase, para rubricar con una estocada tendida, que no fue suficiente, pues el astado tardó en doblar y el puntillero lo levantó una vez; tenía la oreja ganada, pero al final le tocaron un aviso.