Triunfal resultó la segunda corrida de la Feria de Teziutlán, en Puebla, pues los matadores Uriel Moreno "El Zapata", Fermín Spínola y Angelino de Arriaga, se repartieron un total de siete orejas ante el júbilo de la afición que se dio cita en la bella plaza "El Pinal" de esta ciudad.

Eficacia más que lucimiento buscó Uriel con el que abrió plaza que empezó saliendo suelto del capote, el puyacito casi en el pescuezo fue suficiente para que se cambiara el tercio, vimos navarras bien ejecutadas que empezaron a calentar el ambiente; con banderillas sobresalió un par al violín hacia adentro rubricado con ovación.
 
Llegó repitiendo el de García Méndez a la muleta en varias series derechistas de buen acabado; cuando intentó por el lado izquierdo, se llevó un arropón y ya en el piso alcanzamos a ver un fuerte pezuñazo en el costado que lo dejó maltrecho, no obstante continuó con valientes manoletinas y con la gente de su lado cobró espadazo efectivo, recibiendo en premio las orejas pasando a la enfermería.
 
Regresó de ahí para lidiar a su segundo, un bonito berrendo en cárdeno aparejado al que cuajó buenas verónicas; no banderilleó, y aunque con voluntad hizo un esfuerzo en el tercio final, viendo las pocas posibilidades ante un toro que empezaba a buscar las tablas, abrevió para llevarse una ovación mientras se retiraba para ser revisado.
 
Con largas de rodillas y lances a pies juntos saludó Fermín Spínola al quinto, al que quitó del caballo con chicuelinas regulares; solicitó la música bailando en el cite, lo que no tendría que hacer pues corrió la mano acompañando bien por ambos perfiles; en un descuido cayó en la cara y se salvó de un percance. La faena no valió tanto pero al dejar buena estocada le entregaron las orejas con las que dio vuelta invitando en su recorrido al ganadero Hugo García Méndez.
 
Su primero de girón y calcetero recibió algunos pitos de salida por su menor presencia, hubo lances aseados que no entusiasmaron, como tampoco ocurrió con el quite por mandiles. Después de doblarse bien, ya en los medios combinó el toreo bueno y el toreo al tendido, bailando en los cites al son de la música que acompañaba la poco relevante labor; eso sí con facilidad sepultó la espada con la que despachó al burel y se le premió con una oreja.
 
Otro buen toro fue el sexto que correspondió a Angelino de Arriaga, el muchacho todavía le vimos desenvolverse con poca consistencia, sin embargo veroniqueó bien y en su faena de muleta ligó series derechistas, también con la zurda resultando más completos los naturales, algunos de los cuales instrumentó bellamente a pies juntos; se puso cerca y agregó tres molinetes seguidos apresurados, antes de colocar media lagartijera de rápidos efectos para que le entregaran las dos orejas.
 
Bullidor estuvo en su primero con el capote destacando un quite combinado; pidió los palos resultándole mejor el primer par que clavó al sesgo por fuera igualando arriba. En los medios realizó un trasteo prolongado sin acoplamiento total, un pinchazo y estocada pusieron fin a su labor que fue premiada con palmas.