La raza demostrada esta tarde en Texcoco,  así como un eficiente uso de los aceros, le redituó a Juan Pablo Sánchez en un triunfo de dos orejas y salida a hombros, mientras que Eulalio López "Zotoluco" regaló un trasteo lleno de temple y bien torear, mismo que no logró rubricar con la espada.

El maestro Zotoluco estructuró la faena más notable del festejo ante el cuarto de la tarde, el mejor toro del encierro de Arroyo Zarco ya que tuvo nobleza y calidad en sus embestidas. Dispuesto a tumbar caña, Lalo lo recibió con una larga cambiada de rodillas y jugó los brazos a la verónica, para luego dibujar un quite por chicuelinas y rematar con el manguerazo, caldeando los ánimos en el tendido.

De rodillas inició el trasteo y lo que vino después fue de gran categoría. Zotoluco templó magníficamente con la mano diestra, muletazos largos y vertical la figura, llevando con largueza las nobles embestidas del colorado. Al natural hizo rugir materialmente a los asistentes, pues los limpios  trazos con la siniestra llevaron al burel "de aquí hasta allá".

Pero la faena no solamente dejó ver el temple y la largueza del torero capitalino, pues Lalo también hizo gala de su inteligencia torera. Y es que, entre tanda y tanda, le daba pausa y respiro a este gran toro que, bien sabía, quizá no iba a durarle demasiado.

Nuevamente con la muleta en la derecha siguió bajo la misma sintonía de bien torear, disfrutando enormidades y dejado fluir la inspiración; vamos, toreando fundamentalmente para él mismo. Al volver a pasarse la sarga en la zurda, el toro comenzó a venir a menos y, con cabeza clara, se dio cuenta que era el momento oportuno de ir por la espada.

Lástima grande que falló con el acero, pues se esfumaron los trofeos, pero importan poco las orejas cuando se compone una sinfonía de bien torear como la que Zotoluco brindó la tarde de hoy. El público lo entendió así y, tras la cerrada ovación desde el tercio, le aplaudió con fuerza al maestro en la vuelta al ruedo.

Juan Pablo Sánchez debutó en Texcoco y lo hizo con el pie derecho. Tirando de raza, le arrancó literalmente la oreja a su segundo, un toro que se quedó muy parado cerca de tablas y, si acaso, regalaba medias embestidas. El hidrocálido le pisó sus terrenos y se pegó un arrimón, consiguiendo el reconocimiento del público.

Atacándole, dejó muy en claro la actitud con la que encaró este compromiso y, con la misma decisión, se tiró a matar y dejó una gran estocada para rubricar todo el esfuerzo desplegado ante este marmolillo. Tras la petición, paseó una oreja conseguida gracias a la raza demostrada en el redondel mexiquense.

El primero de su lote tampoco le puso las cosas sencillas, pues tenía escaso recorrido y prácticamente cero transmisión. Sin embargo, logró tumbarle una oreja gracias a que lo liquidó con una estocada sensacional, tanto por la ejecución como por la colocación.

Octavio García "El Payo" pasó por Texcoco sin mayor pena ni gloria, a pesar de intentar hacer bien las cosas. El primero de su lote tenía cierta movilidad, pero no remataba las embestidas abajo y, de tal suerte, transmitía poco. De esta forma, El Payo le pegó algunos buenos muletazos, aunque no terminó de despegar el trasteo y concluyó el mismo con una estocada muy baja.

Aunque sin mucha alegría y no del todo lucido, el quinto de la tarde acudía ante la muleta de El Payo, pero la labor del queretano, que tuvo tandas en las que corrió bien la mano y llevó bien toreado a su enemigo, no cobró mayores alturas pese a que se mascaba lo contrario en el ambiente. En este toro, Octavio se llevó un fuerte arropón, sin consecuencias afortunadamente.

Zotoluco lidió al ejemplar que abrió plaza, un toro deslucido aunque sin malas ideas, ante el que mostró su oficio. Si bien es cierto que no tomó vuelo la faena, hubo muletazos que calaron en los tendidos. Al ver que las posibilidades se diluían, terminó doblándose con el ejemplar antes de despacharlo.