El Payo y Silveti, a hombros en Querétaro (video)
Martes, 25 Dic 2012
Querétaro, Qro
Raúl Magos | Foto: Juan Noguez
Cortaron dos orejas por coleta
Tarde triunfal la del queretano Octavio García “El Payo” y Diego Silveti, que sin rivalizar directamente en quites por ejemplo, sí que se midieron en la intensidad de las ovaciones con que la gente premió sus actuaciones. Diferentes estilos derivados del momento por el que atraviesan sus respectivas carreras.
Porque El Payo está pasando por un momento donde refleja en el ruedo un mayor asentamiento, y que aunado a su gran fondo técnico y valor, dan como resultado pases -faenas también- de mayor profundidad. Se sabe que ha pasado por momentos complicados en lo físico y lo anímico y es muy posible que todo ello se esté reflejando ahora en su concepto taurómaco.
El toro que le correspondió en primer lugar tenía mucho que lidiársele, ya que por el pitón izquierdo hacía extraños, y Octavio estuvo firme, con el planteamiento adecuado y logrando muletazos muy bien logrados, sobre todo por el pitón derecho. Antes había hecho declaración de intenciones al iniciar su trasteo con un pase cambiado por la espalda en la zona de los medios. Algo interesante es que la gente entendió la faena, y tras una estocada contraria y dos descabellos solicitó la concesión de la oreja, con la que finalmente daría la vuelta al ruedo.
Y si lo de antes fue interesante, lo de su segundo fue la constatación del buen momento del queretano. Dejó para el recuerdo una verónica tersa en el recibo con el capote, mientras que con la muleta dibujó derechazos de gran trazo. El toro pasaba, aunque por momentos resultaba un tanto remiso, y El Payo respondió a tal condición con mucha decisión, sacando los pases, largos, profundos, auténticamente entre los pitones.
Como epílogo una serie de manoletinas, antes de citar en la suerte de recibir y señalar otra estocada entera y muy contraria que le permitieron sumar otra oreja a la espuerta. A pesar de que la gente pidió la segunda oreja el criterio del palco, correcto, se mantuvo. Y lo de menos es que cortara otro apéndice, lo importante fue la buena actuación en conjunto de Octavio.
Y precisamente hablando de momentos en la carrera de los toreros, no cabe duda que Diego Silveti ha ido convirtiendo la plaza Santa María en uno de sus feudos. Sin embargo, poseedor de una gran clase, carisma y valor, en ocasiones su arrebato por conseguir el triunfo hace que palidezcan las grandes virtudes, algunas innatas, que posee para hacer el toreo con profundidad.
De nueva cuenta triunfó en el coso queretano, en este caso por la faena al primero de su lote, donde la comunión con el público fue total. De inicio un traspiés hizo que perdiera la vertical casi en la cara del toro, y en un alarde de cabeza clara y reflejos, alcanzó a improvisar una larga con la que se hizo el quite y metió a la gente a lo que pasaba en el ruedo, ya que después de incorporarse completó el recibo con el capote por chicuelinas y tras el remate la plaza aplaudía a rabiar. Posteriormente habría de quitar por mandiles tras el puyazo.
La faena resultó entonada, de emoción y rubricada con una serie de bernadinas, previa a otra caída afortunadamente sin consecuencias. Con la gente entregada totalmente se fue Diego por derecho para dejar un estoconazo y recibir las dos orejas, merecido premio, aunque habría que apuntar que el cónclave, en ese afán de seguir celebrando la Navidad, pidió el rabo, que no fue concedido.
El sexto de lidia ordinaria no tuvo tantas prestaciones en la muleta de Diego Silveti como su anterior, ya que si bien pasaba, no tuvo transmisión. A éste lo recibió de capote por mandiles y posteriormente quitó por chicuelinas, mientras que en la muleta estuvo voluntarioso, buscando extraer todos los pases que llevaba dentro el toro. En éste escuchó palmas tras un aviso, derivado de una serie de pinchazos y descabello.
Alejandro Talavante no tuvo su mejor tarde, ya que si bien estuvo esforzado, sobre todo en su primero, faltó la chispa, el alma que acompaña generalmente sus actuaciones, repletas de recursos vistosos y de una muy personal improvisación en el mejor sentido de la palabra.
En su primero estuvo correcto, obligando a un toro que tendía a desentenderse de los engaños y al que había que taparle la cara. Lo malo, sin embargo, es que la gente entendió que aún había faena cuando Alejandro decidió irse de pronto por la espada, por lo que tras la ejecución con el acero escuchó pitos. Su segundo fue un toro sin transmisión, al que le hizo una faena larga aunque sin mucha emoción, y no solo por la condición del toro. Pinchazos, descabellos y silencio.
En su descargo decir que la gente agradeció el toro de regalo, de Celia Barbabosa, que cumplió –aunque llevó la cara a media altura-, y al que ahora sí, le cuajó muletazos muy buenos por ambos lados, y con ese regusto que se extrañó en los dos toros originales de su lote. Remató un par de series con su muy personal interpretación de la arrucina de mano baja y para el recuerdo dejó un proverbial pase de pecho. Mal con la espada llegó a escuchar un aviso, previo a que la gente le reconociera la faena tocándole las palmas.
Abrió plaza el rejoneador Jorge Hernández ante un toro de Carranco, que acudió a las cabalgaduras pero al que le faltó quizás un poco más de empuje. Tras un inicio discreto, tanto en la colocación de rejones como banderillas, lo más destacable fueron 3 banderillas clavadas al violín, que por su espectacularidad fueron muy aplaudidas. Tras fallar con el rejón de muerte hubo de echar pie a tierra para descabellar, antes de escuchar división de opiniones.
Ficha Plaza "Santa María". Corrida Navideña. Tres cuartos de entrada en tarde agradable. Un toro de
Carranco, para rejones, bueno, y seis de
Montecristo, de presentación desigual y juego variado, entre los que destacaron 3o. y 5o., así como uno de
Celia Barbabosa, de regalo, que cumplió. Pesos: 453, 504, 491, 482, 479, 505, 515 y 511 kilos. El rejoneador
Jorge Hernández Gárate: División de opiniones.
Alejandro Talavante (caña y oro): Pitos, silencio y palmas tras aviso en el de regalo.
Octavio García "El Payo" (negro y oro): Oreja y oreja.
Diego Silveti (azul pavo y oro): Dos orejas y palmas tras aviso.
Incidencias:
Cristián Sánchez saludó en el 4° tras un buen tercio de banderillas. Al final del paseíllo los toreros de cartel dieron la vuelta al ruedo con una pancarta donde se celebró la declaración de la Fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial en el Estado de Querétaro.
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