El joven venezolano Jesús Enrique Colombo se llevó el "gato al agua" en el tercer festejo de aspirantes a novilleros de la Plaza Arroyo, pues paseó la única oreja del festival y dejó sensaciones positivas entre los asistentes, mientras que sus alternantes también mostraron las credenciales.

Cargando la suerte con elegancia y siempre intentando mantener la estética, Colombó recibió al colorado que cerró plaza con suaves lances a la verónica, para luego cubrir con más esfuerzo que lucimiento el segundo tercio de la lidia, arrancando los aplausos del público.

El astado fue un tanto deslucido en sus embestidas, pero el torero puso esa chispa que le faltaba al novillo y, echándole tipo, se gustaba desde el cite en cada uno de los muletazos y templó con torería, destacando los momentos por el pitón derecho y algunos naturales que calaron en el tendido.

La faena fue larga y hasta cierto punto intermitente, pero el esfuerzo del chaval venezolano valió mucho la pena y el interés en el trasteo se mantuvo. Se fue por derecho al momento de ejecutar la suerte suprema y dejó tres cuartos de acero en todo lo alto, lo que, aunado al trasteo, le valió para cortar la oreja.

Alexis Garay, que es hidrocálido y actualmente alumno de la Escuela de Espectáculos Taurinos de México, se notó muy solvente delante del astado que hizo segundo de la tarde, al que le colocó banderillas. Este joven valor sabe pensar mucho delante de la cara del toro y es inteligente en sus procedimientos, virtudes que lo hacen ser un chaval muy capaz.

Su novillo fue bueno y metía la cabeza con calidad, sobre todo por el pitón derecho, perfil en el que Garay dejó trazos con sello. Por el izquierdo requería estar más cruzado y así lo entendió el torero, que cuajó naturales de una interesante dimensión. De no haber fallado con el acero bien pudo haber tocado pelo.

El zacatecano Ángel Giovanni "Platerito" tuvo una tarde esforzada y en la que dejó ver el oficio que ha ido adquiriendo y que seguramente desarrolló en su paso por la Escuela de Tauromaquia de Madrid, donde fue invitado este año. Y es que el novillo que le correspondió era violento en los engaños, con genio, y terminó por quedarse corto en el tercer tercio, espiando al toreo.

Platerito cubrió el segundo tercio de forma regular y se dobló bien para intentar correr la mano, pero no pudo conseguirlo debido a que el de Jorge de Haro tenía escaso recorrido y se revolvía en un palmo de terreno. De nuevo lo toreó por la cara y lo despachó con alguna dificultad, para que el público lo sacara al tercio y le aplaudiera con fuerza en la vuelta al ruedo, premio al valor y al oficio demostrado.

Nacido en la Ciudad de México pero avencidado en Michoacán, Antonio Mendoza sorteó un salinero que manseó de salida y al que recibió toreando por gaoneras en el centro del redondel. Y a pesar de su falta de casta, el animal tenía un buen pitón izquierdo y así lo entendió Mendoza, que pudo ligar naturales muy largos y en los que acompañó siempre con la cintura.

Por derecha el novillo no quería prácticamente nada y se acostaba mucho, propinándole un par de sustos al torero, que alargó la faena buscando agradar. Luego de eternizarse con la espada hasta escuchar un par de avisos, salió al tercio a recoger una cariñosa ovación.