Sebastián Palomo y Alejandro Lima "El Mojito" destacaron en la novillada de la Feria de Huamantla, Tlaxcala, y cortaron una oreja por coleta en este festejo en el que los seis espadas debutaron formalmente como novilleros y dejaron buenas sensaciones.

Verdaderamente ha sido una tarde muy interesante que quedará en la Historia Taurina de Tlaxcala, pues se trata de un hecho inédito del cual no tenemos noticia, lo que se complementó con el buen sabor de boca que dejó la entrega de los chamacos, que cada quien demostró en su turno previamente sorteado al igual que los novillos.

De esa manera actuó por delante El Mojito recibiendo a su novillo muy decidido de rodillas en los medios con dos largas cambiadas, aunque algo apresurado hubo voluntad con los garapullos destacando el tercer par; con vistoso afarolado inició en los medios su trasteo desarrollado entre altibajos, templando a veces y dejando enganchar otras pero como hundió la espada entera y tuvo efectos se le dió una oreja.

Con mucha pulcritud toreó Pepe Nava a la verónica rematando con una media superior, cuajó tres estupendos pares de banderillas en los que le ovacionaron fuerte, su inicio de faena fue con muletazos suaves por abajo, llevando después al astado con muletazos de gran dimensión; una voltereta sin consecuencias le indicó que el novillo había cambiado de lidia y era hora de entrarle a matar, señaló dos pinchazos antes de una estocada delantera tras la cual recorrió la circunferencia.

También vimos las buenas maneras con el capote de Eduardo Domínguez; su labor tuvo altas dosis de emoción por la bravura del novillo y lo expuesto de los muletazos, como los cambiados por la espalda uno de ellos desviando el viaje a cortísima distancia, la series no tan largas tuvieron temple y al final el adorno con pases de muleta semejante al saltillera, después de un pinchazo la estocada caída bastó para enviar al novillo al destazadero, mientras el muchacho salía a agradecer la ovación.

Luis Flores dejó ver una elegancia natural para torear con la capa, así lo apreciamos en el recibimiento veroniqueando y al quitar por saltilleras; brindó a Luis Mariano Andalco un trasteo en el que corrió la mano con gran sabor, su labor en general ha gustado y se advierte en él a un torero de calidad. Escuchó palmas.

Complicado resultó el quinto, que hizo sudar a las infanterías. Emilio Macías estuvo siempre en la cara sin afligirse por el contrario, demostrando sus deseos de agradar, serenidad y solvencia a pesar de su juventud, después de un pinchazo metió una estocada de efectos rápidos siendo premiado con palmas.

Ejecutó Palomo lo de mayor calado en el festejo, desde que se abrió de capa con largas de rodillas puso a la gente de su lado, siguiendo con unas verónicas muy bellas cargando la suerte y rematando con media sensacional. Muleta en mano trazó ayudados y naturales sobre todo estos últimos con señorío, aunque pinchó una vez consiguió dejar media ración de acero para terminar con el novillo; la petición de oreja fue fuerte y se concede el premio.