Diego Sánchez (foto) y David Adame fueron los triunfadores del segundo festejo del Concurso Nacional de Escuelas Taurinas celebrado hoy en la plaza "Nuevo Progreso" de Guadalajara, donde cortaron dos y una oreja, respectivamente, en un festival donde el público disfrutó la actuación de los chavales.
Sin duda toda la tauromaquia de “Los Sánchez” de Aguascalientes la tiene metida en el cuerpo y en el alma el espigado torero Diego Sánchez; personalidad, cabeza clara, temple, lentitud en el trazo, buen gusto, porte de torero y valor sin estridencias, es lo que nos ha dejado su toreo.
Ante un eral de La Venta del Refugio un tanto débil pero con calidad que entendió a las mil maravillas, un concierto de bien torear a la verónica y colocación entre pase y pase con la muleta; despacio fue bordando la faena por ambos lados, con regusto y sabor. Pinchazo en lo alto y estocada para que se le otorgaran las dos orejas y la ovación atronadora del público asistente, al final lo sacaron en hombros.
Cerro el festejo de la Escuela Triana de Aguascalientes, David Adame, con un eral de la ganadería de San Maximiano, débil pero con recorrido que supo entender consintiéndolo mucho, en una faena de buen gusto con el capote lances con temple. rematados con una larga que le fue muy aplaudida. Instrumentó un quite por zapopinas y puso banderillas con facilidad, sobresaliendo el segundo par asomándose al balcón. Tandas con la derecha e izquierda de buena factura, algunos pases a media altura para ayudar al eral; faena bien estructurada, media estocada suficiente y la petición de la oreja concedida en cerrada y fuerte ovación.
El primer espada en el festival, del Centro de Capacitación Taurina de Morelia, Patricio Villicaña, tuvo en sus manos un eral con recorrido y transmisión de El Vergel, que pedía más poder para cuajarle la faena. El moreliano mantuvo la faena entre altibajos, sin encontrar la distancia correcta, realizo un quite por chicuelinas andando, puso banderillas y tan solo por momentos, supo ligar buenos derechazos, la faena se le vino abajo. Cabe aclarar que es de los más nuevos y desde luego le falta torear. Le despidieron con palmas.
Jorge Salvatierra tiene mucho sabor torero y sabe hacer las cosas con clase y sentimiento; pertenece a la Escuela de Espectáculos Taurinos de México. Lidió un eral de Caparica, con temple al embestir, desplazándose con alegría, al que recibió con verónicas, chicuelinas andantes para llevarlo al caballo. Con torería se dobló por bajo para llevarlo al centro del ruedo; luego le planto cara y le instrumento una tanda por la derecha bien rematada. Sin embargo, la faena fue intermitente, con pasajes de calidad; muy mal con la espada le tocaron dos avisos. Para eral de Caparica en el arrastre, sonaron fuerte las palmas.
De la Academia Municipal Taurina de Guadalajara, Paco Miramontes "Lagartijo" ante un eral de la ganadería De Haro, estuvo firme. Con el capote algunos suaves lances, con la muleta se metió bien con el eral, para someterlo y luego torearlo con la muleta retrasada, logrando buenos pases por el lado derecho sin redondear. Lo que le vimos fue una mejor capacidad técnica, resolviendo delante de la cara del eral, toreando con merito, pero sin romper con la ligazón que requieren las faenas. Lo intentó por ambos lados con algunos momentos de calidad; pinchazo y estocada delantera para que recibiera aplausos en el tercio.
Carlos Casanueva, de la Academia Municipal Taurina de Guadalajara, se enfrentó a un eral de la ganadería del Vergel, con cierto genio, pero con recorrido; lo toreó con verónicas y lo remató con fregolinas muy vistosas, aguantando la embestida, para que el eral se sometiera y dejará salir su fondo y fue ovacionado. Le pegaron duro en el caballo y el burel se desfondó; tan sólo intentos con la muleta por parte de Casanueva, que tenia el rostro de la desilusión. Finiquitó de pinchazo y estocada con aplausos del respetable.
Antonio Mendoza, de Morelia, triunfador de la tarde anterior, venia con todo para refrendar el éxito, ante un eral de Jesús Cabrera, bueno pero con una debilidad desesperante. El poquito motor que tuvo lo aprovecho con largas de rodillas, verónicas cargando la suerte y dejando salir su planta torera. La gente le recibió de miel, esperando que el eral se repusiera pero ni con la ayuda inteligente de Mendoza se pudo lograr, ya que se caía de débil constantemente. Lo toreo a media altura lento, consintiéndolo mucho, dándole pausas con buen gusto, pero el eral se desplomó en la arena. Lo pasaportó con media estocada en buen sitio para recibir aplausos.