De capa recibió al buen ejemplar de La Guadalupana con lances a la verónica y remate con media. La gente celebraba su quite cuando al rematar de regreso al novillo con una revolera invertida pues quedó atravesado en el viaje, por lo que lo levantaron de fea manera pero afortunadamente sin consecuencias.
Con la muleta dejó claro una evolución positiva en su técnica, pero sin dejar al lado el sello agitanado que trae en su interpretación del toreo, reforzada con los consejos de su apoderado Rodrigo Galgera. Por ambos lados probó suerte y logro muletazos aislados debido a las características del burel.
Cuajó trincherazos, cambiados de mano y adornos muy toreros; incluso hizo un molinete muy amorantado que la gente le celebró. Mató bien y le dieron dos orejas. Al final dio la vuelta con el ganadero Juan Flores y salió a hombros.
Claudio Montiel, torero tlaxcalteca, hizo su segundo paseíllo este año en "Ibelles". Su labor fue voluntariosa con ánimo de agradar al público. A su novillo lo recibió en el centro del ruedo con tafalleras, para luego alternar con chicuelinas y la gente lo ovacionó. Tomó las banderillas y puso buenos pares.
Con la muleta inició de una forma antigua, sentado en un banco en el centro del ruedo para realizar un cambiado por la espalda y un pase por alto, lo que el público agradeció. Ya de pie estructuró una faena derechista en la que en ocasiones le encontraba la distancia al buen novillo y a veces no. Le dio por pinchar y todo quedó en palmas.
Carlos Peñaloza tuvo también su segunda actuación en el ciclo y le tocó un novillo bueno. Inició con lances de bella factura y de muleta a veces lograba momentos muy afortunados y en otros tantos se desacompasaba a la noble embestida. Mató pronto y le dieron una oreja.
Rodrigo Ochoa, que finalmente se presentó en este serial novilleril, hizo el esfuerzo ante el novillo más cuajado del encierro y de un tipo muy distinto a los demás, siendo el que desarrolló mayores complicaciones, pues espiaba y era exigente.
El novillero lo descifró y con la muleta dio tandas muy buenas, en pases aislados por momentos pero luego en tandas de seis o siete, sobre todo por el lado derecho. A pesar que no torear mucho, se le ve con actitud, resolviendo delante del novillo y con gusto en lo que hace. Lástima que pinchó varias veces, con lo que perdió la oportunidad de tocar pelo.