Con menos de un cuarto de entrada se llevó a cabo le denominada final de becerristas de la Temporada 2012 del Cortijo "Los Ibelles", en el que el triunfador fue justamente Sebastián Ibelles, pues cortó la única oreja del festejo tras una interesante labor
Como todos los toreros de la casa Ibelles, Sebastián tiene aprendida la técnica, por lo que se ven con recursos delante de los bureles. El sello que maneja es de una tauromaquia - tal vez por su corta estatura en esta etapa de su vida infante aún- de chispa, voluntarioso y con gusto, pero con estética poco vertical.
Recibió a su becerro, que salió suelto y tras meterlo al capote, con unos buenos lances, para luego en tablas hacerle un buen quite por gaoneras. De muleta se fue acomodando y estuvo firme y preciso con un becerro que tenía la tendencia a las tablas. Sebastián logró grandes momentos por el lado derecho que era el único lado potable del becerro; dejó muy marcados un par de desdenes por ese lado. Al final lo premiaron con una oreja, la única del día.
José Mari Mendoza se decanta más por el toreo de arte que por un concepto más global de la tauromaquia dejo varios detalles de capa y muleta. Desgraciadamente el becerro duró poco pero dejo constancia de su concepto artista del torero que maneja. Al final de su labor la gente lo llamó al tercio.
Julián Castro no tuvo suerte en el sorteo y con el becerro más hecho del festejo no tuvo mucho que hacer. Siendo becerristas aún, están en el proceso de formación y asimilación de la tauromaquia. Como el ejemplar era muy complicado, ya que por ambos lados se colaba peligrosamente, Julián poco pudo hacer.
Pero si se le vio en aprietos y con pocos recursos para este tipo de becerros que regatean las embestidas y en lugar de embestir arrollan. Se complicó la lidia, el becerro se hizo amo del ruedo y le costó trabajo a Julián matarlo; finalmente la gente lo sacó a saludar al tercio. Sin duda tendrá que entrenar, estudiar y asimilar más a los animales de embestidas no tan claras.
Manolo Martínez, homónimo del maestro de Monterrey, con el mejor becerro sorprendió a la concurrencia con su temple tanto de capa como de muleta. Logró sin duda los mejores momentos y detalles de la tarde. Con la muleta dio varios adornos y muletazo muy lentos y templados.
Con calma, muy tranquilo y relajado, hizo una faena que gustó al público que se le entregó. Pases de la firma, desdenes y cambiados de manos así como molinetes. Desgraciadamente pinchó en varias ocasiones, lo que le privó de cualquier triunfo.
Para el próximo domingo anuncian el cartel de triunfadores, siendo con cuatro o seis novilleros por definir, con lo que se dará por terminada la temporada en el cortijo.