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Sudan la ropa... sin estar en la playa (video)

Domingo, 15 Abr 2012    Jerez, Zac.    Juan Antonio de Labra | Foto: Nacif           
Ignacio Garibay cortó la única oreja en una tarde complicada
Había expectación por el juego de la corrida de La Playa en Jerez, con un cartel diferente, pues no siempre se tiene oportunidad de ver lidiar en el altiplano los toros de las ganaderías norteñas, como ésta de Luis Quijano Domínguez, lo que siempre representa un aprendizaje constante de la actualidad de otras ganaderías.

Sin embargo, el comportamiento de los toros no correspondió a las bonitas hechuras que tenían, con excepción del toro que abrió plaza. Y conforme transcurrió la tarde, el peligro que desarrollaron los toros –marcados con el hierro de El Jagüey, divisa hermana de La Playa–, se tradujo en una dura prueba para la terna actuante.

Hasta las cuadrillas tuvieron que imponerse al viento, sobre todo en los primeros tercios de la lidia, ya que los toros no se dejaron torear de capote casi ninguno, y resultó difícil reunirse con ellos a la hora de clavar banderillas. Así que la tarde cobró su interés, pues es de esta guisa, con este timpo de embestidas, con las que se puede calibrar el momento real que atraviesan los toreros.

En este sentido, Ignacio Garibay enseñó oficio y mejores aciertos resolutivos delante del cuarto, un toro con más transmisión que otros de sus hermanos, pero que también tenía un punto de indefinición que marcó a casi todo el encierro.

Y si con el listo toro que abrió plaza no terminó de confiarse, dados los embates del viento y las malas ideas del ejemplar, al cuarto le hizo las cosas con más pundonor. A base de carácter, y una estocada espectacular, que hizo rodar al toro sin puntilla, cortó la única oreja de la tarde.

Jadeante, con la respiración todavía entrecortada, y sudoroso, Nacho dio una vuelta al ruedo mostrando el trofeo en la diestra, orgulloso de haber solventado la papeleta con determinación, apenas una probadita de la raza que tendrá que echarle en Las Ventas de Madrid, dentro de la próxima Feria de San Isidro.

Otro tanto igual hizo Fabián Barba con su lote, que tampoco ofreció posibilidades de lucimiento, y aunque en todo momento trató de sacar a relucir ese concepto tan clásico –y dinámico, a la misma vez que caracteriza a su estilo–, apenas consiguió resultados favorables.

Debió cortar la oreja del quinto, y sólo un pinchazo se lo impidió, pues tuvo que sobreponerse a un fuerte pitonazo en el muslo izquierdo, que el toro le dio después de haberle avisado, en una inesperada colada, que iría a por él.

Así las cosas, Fabián mostró férrea actitud de triunfo y sólo aquel pinchazo le arrebató la oportunidad de tocar pelo e igualar el resultado de su amigo Garibay que, por cierto, brindó su primer toro a Gerardo Barba, hermano mayor de Fabián, que no dudó en vaticinar en el patio de cuadrillas –fiel a su carácter bromista y efusivo–, que "el de grana" se le iba a ir por delante a su hermano. Y sólo acertó por el mínimo margen.

Antonio Romero evidenció que le falta más rodaje para afrontar toros de condiciones complicadas, como el tercero, que le echó mano toreando de muleta. El zacatecano trató de aclararse las ideas para intentar ligar algunas series, pero fue prácticamente imposible.

El último ejemplar claudicó un poco antes de que le recetara una buena estocada al tercer intento, lo que no contribuyó a levantar una actuación que le dejará importantes enseñanzas, a fin de que siga preparándose y espabilando para resolver con más seguridad las tardes aciagas como la que vivieron hoy hasta los de plata.

Ficha
Jerez, Zac.- Segunda y última corrida de feria. Media entrada en tarde soleda, un tanto calurosa y con intermitentes ráfagas de viento. Toros de La Playa, desiguales en presentación y complicados en general, de los que varis desarrollaron genio. Pesos: 537, 505, 475, 497, 465 y 467 kilos. Ignacio Garibay (grana y oro): Silencio y oreja. Fabián Barba (azul rey y oro): Palmas y vuelta tras petición. Antonio Romero (blanco y oro): Silencio tras aviso y palmas. Incidencias: Romero sufrió una fuerte voltereta en el 3o. y sacó un varetazo en la parta posterior del muslo derecho. Varios picadores fueron derribados sin consecuencias que lamentar. Destacó el subalterno Juan Acosta, que hizo un buen quite a uno de ellos.


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