El diestro capitalino Federico Pizarro resultó triunfador del festival efectuado en la Monumental Monterrey ante una baja entrada, producto más que nada de la ausencia de aficionados por el periodo de vacaciones, pero los que asistieron al festejo disfrutaron de una tarde muy agradable.
 
La lidia a los siete astados de diversas ganaderías fue tan variada e interesante que el festejo no se hizo pesado, pues resultó intersante desde el primero que saltó al ruedo.
 
Este, de nombre "Locutor", fue un ejemplar de la ganadería de Manolo Martínez, que resultó malo para el rejoenador Pedro Louceiro, quien montado sobre los lomos de "Bronce", un caballo castaño, apenas pudo colocar un rejón de castigo pues el toro huidizo y distraído se quedó agarrado en la arena.

Así con "Sable", en las banderillas, el tercero de la dinastia Louceiro intentó por todo el que el toro acometiera, pero no consiguió nada. Echó pie a tierra pero resultó muy complicado para meterle la espada, pro lo que el caballista escuchó dos avisos.
 
Mariano Ramos, ante "Charro", de Arturo G. García, saludó de capa a su enemigo con lances a la verónica, para luego en una faena de poder, instrumentar muletazos con hondura y empaque que fueron jaleados por el público. Mató de pinchazo y estocada entera para cortar una oreja.
 
Paco Dóddoli enfrentó a "Moreliano" ante el cual el veterano diestro michoacano dio muestra de su raza y pundonor al enfrentar a un ejemplar alto de agujas, al que toreo con sobreidad por naturales. Mató pronto de estocada y se le concedió la oreja.
 
Tocó turno al diestro de la tierra, Enrique Garza, quien calentó el ambiente ante "Panchín", de La Playa, en un saludo capotero de gran calidad por verónicas y un pinturero recorte en los medios. Garza se encargó de cubrir el segundo tercio y lo hizo con facilidad para ser aplaudido.

La faena, derechista, tuvo eco y fue del agrado del publico en el tendido. Al perfilarse con la espada se volcó sobre el morrillo y sepultó un estoconazo. El juez de plaza le concedió una oreja y se negó a conceder la segunda pese a la petición del público. Como rechazo, el jimenense se negó a recibir la oreja que se le concedió.
 
Leonardo Benítez enfrentó a "Piel Roja", de La Ermita e inició su actuación con delantales y chicuelinas, para luego tomar los palitriques y cubrir con facilidad el segundo tercio. Bajo las notas de "Alma Llanera", el venezolano inició por doblones al hilo de tablas, para luego correr la mano en una faena derechista y solo una tanda de naturales, adornada con trincherillas y vitolinas. Mató de estocada entera y se le concedió una oreja.
 
Con el sexto de la tarde, de La Playa, de nombre "Actor", el capitalino Federico Pizarro salió dispuesto a llevarse el triunfo, lanceando por veronicas de gran calidad y quitando por tafalleras y caleserinas en el centro del ruedo.

El brindis a Mariano Ramos, los dos luciendo trajes de charro, fue el premabulo a una faena entonada que inició con el péndulo en los medios a la que siguieron series de derechazos que calaron hondo en el tendido. Trincherazos y molinetes de rodillas sirvieron también para que la faena fuera tomando altos vuelos, antes de que llegará otro sensacional estoconazo que le hizo merecedor a las dos orejas.
 
Cerró plaza el novillero Sergio Garza ante "Chaval", de Arturo G. Garcia; salió entregado y con una larga de hinojos en la boca de riego inició su labor capotera, siendo encunado sin consecuencias.

En sus primeros pasos como novillero, Garza dio muestras de querer figurar logrando una labor muleteril de buen gusto, dejando ver que con oportunidades en el campo se puede ir puliendo en el futuro. Mató de estoconazo y se le concedió también una oreja.