El matador Antonio Barrera y el novillero Michelito Lagravere, realizaron lo más destacado del festejo mixto que tuvo lugar hoy en Mérida, donde el rejoneador Emiliano Gamero dio una vuelta al ruedo, mientras que Oliver Godoy se fue de vacío.

Ante un tercio de entrada, se desarrollò la ùltima corrida de luces del serial, mismo que culminará con un atractivo festival y dos tardes para alumnos de la escuela taurina, donde llamò la atenciôn el avance técnico del novillero yucateco, quien no se salvó de tremendo maromôn durante la lidia con su segundo.

Pero vamos por partes; el primer triunfador de la tarde fue el sevillano Antonio Barrera, quien tuvo una tarde entonada con sus dos enemigos. Con su segundo, el toro del triunfo, un astado bien presentado pero que fue de menos a más, terminó por resolver la papeleta con oficio y buenas maneras, sin que el trasteo se rompiera en definitiva.

Luego de mucho insistir y remando contracorriente, el coleta hispano hilvanó algunos buenos momentos ante un astado que no pasaba completo, por lo que se vio obligado a acortar distancias y pisar los terrenos. De llamar la atención que los que presionaron para el otorgamiento del apéndice, al final chillaran al coleta, lo que resultó incomprensible. Sin duda que siempre es mejor dar una vuelta al ruedo con fuerza.

Con su primero, Barrera también anduvo enterado para una faena aseada ante un toro de buen lado derecho y que embistió con transmisión; no obstante, que no terminara por decantarse para pensar en hacer un trasteo de altos vuelos. Honrosa fue la ovación que recogió en el tercio.

Michelito Lagravere, quien regresò a la Monumental de Mérida tras dos años de ausencia, llegó para lucir una nueva faceta. Los aficionados lo esperaron para analizar posibles adelantos, por lo que interesante fue observar el desempeño y crecimiento del novillero puntero del escalafón quien, con una actuación maciza y de buen fondo técnico, terminó por echarse a los presentes al bolsillo.

Lo mejor de su actuación llegó con la lidia de su segundo, un astado que regateó las embestidas y con el que se echó para adelante. Atacando con la muleta en el momento justo, siempre muy cruzado y con el engaño en el hocico de su antagonista, terminó por entretejer un trasteo de buena estructura, plagado de interés y que además alcanzó el punto clave de sazón tras fea voltereta al insistir metido en la "cuna".

Momentos dramáticos para el coleta yucateco quien terminó con fuerte rayón en la entrepierna y la taleguilla destrozada, pero con el bálsamo de la oreja cortada y aún más la satisfacción de mostrarse como un novillero que avanza.

Con su primero, un novillo berrendo en cárdeno, de bonita fachada, pero poco fondo, también lo intentó, más el astado se rajó y tuvo que abreviar.

Por lo que toca a Oliver Godoy, habrá que decir que lo intentó. Con afición y ganas de agradar, el joven tapatío también alcanzó lo mejor de su actuación con su segundo, un toro hecho y derecho con el que anduvo tesonero, más se paró en el último tercio.

La constante del joven matador fue la entrega y afición, con tendencia al toreo de largo trazo y de calidad, más es un hecho que está nuevo, por lo que habrá que esperarlo.

Y del rejoneador Emiliano Gamero diremos que tuvo una actuación discreta y falta de asentamiento, lo que derivó en una cornada grande para una de sus jacas. Pese a que lo intentó, anduvo desacertado con rejoncillos y banderillas, por lo que de agradecerse su intención. En dicho toro, los Forcados de Yucatán tuvieron una valiente actuación logrando la pega al tercer intento.