A poco más de un mes de que inicie de la tradicional Feria Nacional de San Marcos, las calles que rodean la legendaria plaza de toros viven ya un aroma abrileño y es que al menos en el aspecto taurino, el ambiente se ha venido calentando hasta el grado que en la novillada de esta tarde nuevamente una joven generación realizó una gran entrada, que incluso causó la aparición del cartel “boletaje agotado”.
Bajo este marcó realizaron el paseíllo los jóvenes, Michelito Lagravere, Luis Gerpe y Alejandro López, ante un buen encierro de la ganadería de Santa Fe del Campo; al final de la tarde, López dio una solitaria vuelta al ruedo.
Alejandro López es un joven que disfruta mucho el toreo y por ello conecta rápidamente con los tendidos. Con su primero ha mostrado mucha voluntad; intentó lucir con el capote y aunque carece de ortodoxia, las ganas se pusieron de manifiesto en los tres tercios, ello por haber clavado también los palitroques. Al oficiar con la espada estuvo errático y se retiró a tablas en silencio.
Con el segundo de su lote, el hidrocálido puso las rodillas en la arena para recibir con una larga cambiada y, aunque no se acomodó del todo con el percal, trató de agradar desde el inicio de su labor con la muleta. Después de varios cambiados por la espalda, dibujó algunas series por el derecho, intentó dimensionar los naturales y por momentos y debido a su voluntad fue alcanzado por los pitones, aunque sin consecuencia alguna. Para terminar su labor dejó media estocada que causó efectos, por ello hubo petición de un trofeo y al no ser concedido recorrió el ruedo entre aplausos.
Hace ya algunos años, el español Luis Gerpe llegó a la plaza "San Marcos" para participar en el encuentro mundial de escuelas taurinas; hoy ya como un novillero con experiencia, ha mostrado un toreo de calidad. Con su primer astado dibujó verónicas caracterizadas por la lentitud y la cadencia. Su labor con la muleta transcurrió entre pases de gran pulso, tandas por ambos pitones en los que se aprovechó la potabilidad del astado; lamentablemente cuando el triunfo estaba en la espuerta se puso pesado con el acero y se limitó a saludar en el tercio.
Con el quinto de la tarde las cosas trascurrieron en el mismo tenor que con su anterior enemigo: lentitud y dimensión con el capote que caló hondo en los tendidos. Con la muleta, series llenas de pulso y dimensión que por momentos alcanzaron el olé profundo, de ese que hace afición; lamentablemente falló con la espada y nuevamente saludó en el tercio.
Al regalar un sobrero de Rosas Viejas, el europeo intentó en vano alcanzar el triunfo, pero para su mala fortuna no logró captar la atención de un público que para ese momento estaba ya en otra cosa. Sus fallas con el acero fueron recurrentes y además de las palmas, escuchó un aviso de la autoridad.
Michelito Lagravere ya conoce perfectamente la plaza de toros "San Marcos" y por ende los aficionados le exigen en su labor. Con el que abrió plaza manifestó algunos detalles con el capote para luego, con la muleta tratar de correr la mano, al no acomodarse terminó su labor y cosechó las palmas.
Con el cuarto de la tarde las cosas no rodaron del todo bien para el líder del escalafón dentro de las filas de los novilleros, desde que salió el astado algún sector del público se manifestó en desacuerdo por las maneras del torero. Al no acomodarse con la franela, las protestas arreciaron al tal grado y, quizá por la impotencia, que en un momento Michelito Lagravere realizó algunas expresiones inadecuadas. Por ello, la bronca se desató, ya que el público reprobó la conducta del torero; no obstante algun sector del respetable lo estimuló con las palmas.